España gana el oro, y el bronce del Mundial sub-22

La selección española sub-22 se adjudicó el torneo internacional disputado en Teruel que organizó la Federación Española y que calificó como oficioso un campeonato del mundo de la categoría. El equipo español no perdió ni un sólo encuentro a lo largo de toda la competición y se impuso ayer en la final a Italia por 86-82. El equipo español ya se había impuesto en su primer enfrentamiento a los italianos, en la fase de calificación, por 102-88. Un segundo combinado español, que participó en el campeonato en sustitución de la URSS -baja de última hora- y con el nombre de Iberia, se clasificó en tercer lugar tras vencer ayer a Grecia por 96-94 en la prórroga. El quinto puesto lo ocupó Brasil que derrotó en la última jornada a Francia por 89-74.La final se decantó por la superiodad del equipo español bajo los aros. Los pivots italianos no pudieron frenar los buenos movimientos de Carbajo y Ferrán ni lograron la intimidación suficiente para evitar las penetraciones de Cargol. El alero del Madrid, muy irregular durante todo el partido y que tuvo problemas en su emparejamiento con Aldi y Pitis, fue no obstante el que tomó la responsabilidad de finalizar las jugadas de ataque de la selección española en los momentos en que ésta padeció mayores problemas.

La falta de resolución de España se hizo notable especialmente en los inicios de ambos períodos, en los que los italianos pusieron en práctica una defensa individual muy agresiva y con numerosas ayudas.

Al equipo español le costó coger el ritmo del partido. Sus primeros minutos fueron especialmente desafortunados y en ellos Regó a perder seis posesiones de balón casi consecutivas. Los italianos, con un inspirado Nicolui como principal anotador, cobraron ventaja en el marcador y dominaron con relativa facilidad durante los primeros 14 minutos.

España varió el rumbo del partido gracias al revulsivo de sus bases, Navarro al final de la primera mitad y Laso en la segunda. El equipo italiano volvió a adelantarse por nueve puntos en la segunda parte, 46-55, pero a partir de entonces la selección española reaccionó y superó con claridad a un rival descentrado por las constantes faltas que cometieron sus jugadores en defensa y por fases de juego en las que demostró una deficiente eficacia en el lanzamiento a canasta. España llegó a alcanzar ventajas de hasta 12 puntos y de hecho resolvió el partido mucho antes de que este llegara a su recta final.