Tres meses sin asesinatos

Las últimas conversaciones formales entre el Gobierno español y ETA se desarrollaron en Argel, desde que la organización terrorista inició una tregua el 8 de enero que fue ampliada hasta el 26 de marzo. Fueron tres meses sin asesinatos.A finales de enero, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, informó a los presidentes de PP y CDS acerca de los términos en que se iba a producir la reanudación del diálogo entre el Gobierno y ETA. El Gobierno vasco estuvo igualmente al tanto de la evolución de los acontecimientos.

El 3 de febrero, la portavoz del Gobierno, Rosa Conde, afirmó que era pronto para evaluar la marcha de las conversaciones.

Días más tarde, el 15 de febrero, Corcuera informaba otra vez a los partidos sobre el desarrollo del diálogo. El 16 de marzo se publicaba que ETA pretendía conseguir la incorporación de sus asesores a la mesa de Argel. Ésta sería la principal condición que ETA trataría de imponer para que se prolongase la tregua.

Por otra parte, el 22 de marzo, HB anunció la celebración de una reunión en Argel del Gobierno y la delegación de ETA y sus asesores; y el 25 HB aseguró que se atravesaban "momentos muy dificiles".

En la madrugada del 27 de marzo, ETA difundió un comunicado en el que establecía una nueva tregua de 3 meses para continuar la negociación con el Gobierno.

Incorporaciones

La organización terrorista anunciaba que "en el plazo máximo de un mes" se incorporarían a la mesa de Argel sus dirigentes José Antonio Urrutikoetxea, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena e Isidro Garalde, detenidos en Francia.

El 29 de marzo, ETA amenazó con romper la tregua en 24 horas si el Gobierno no rectificaba un comunicado del día anterior, en el que había suavizado algunos términos del texto supuestamente pactado por ambas partes en el que iban a informar sobre las negociaciones. ETA daba el día 31 un plazo de 72 horas para que el Gobierno "se avenga a rectificar su postura de manera pública y oficial". La nota señalaba que si esta exigencia no se cumplía, ETA se expresaría "por otros medios". El Gobierno guardó silencio y un portavoz indicó que el Ejecutivo consideraba "vigente" el comunicado del 28 de marzo.

El 3 de abril, finalizado el último plazo dado por ETA, el Ejecutivo tenía "esperanzas, aunque sin seguridad", de se mantuviese la tregua. Al día siguiente ETA la daba por concluida, pero suavizaba sus exigencias para reanudar el diálogo. Felipe González advirtió que un atentado significaría el final del proceso negociador. Y el 5 de abril, los Gobiernos argelino y español declararon su disposición a que ETA reconsiderase su decisión. La organización terrorista reiteró, al día siguiente, su voluntad de reanudar las conversaciones políticas con el Gobierno, pero ratificó que la ruptura de la tregua se mantendría hasta que el Ejecutivo reconsiderase su postura.

Tras estos comunicados de ETA y Gobierno, el 7 de abril se produjo en Irún la explosión de una carta bomba que hirió gravemente a un joven. Este fue el primero de los atentados perpetrados en las siguientes 48 horas y que consisticron en el envío de un paquete bomba que no estalló a la prisión de Herrera de la Mancha, y la explosión de 7 de los 10 explosivos colocados en la línea férrea Pamplona-Vitoria. La tregua había terminado. Desde entonces, ETA ha matado a cuatro policías nacionales, a un ertzaina (policía autonómico vasco) y al conductor de un directivo de la Real Sociedad de San Sebatián, hecho éste ocurrido el pasado 29 de junio.