Donald Trump
Más grande todavía
EL PAÍS, Donald Trump no se conforma con cualquier cosa. Para él siempre existe el más grande todavía. El multimillonario neoyorquino que está revolucionando el mundo de los negocios en Estados Unidos acaba de decidir que su lujoso barco de 90 metros, Trump Princess, es demasiado pequeño y ha ordenado la construcción de uno nuevo, que tendrá de 130 a 170 metros de largo.
El Trump Princess se lo compró Donald Trump a Adnan Kashogui, millonario hombre de negocios saudí actualmente en prisión en Suiza, cuando todavía se llamaba Nabila y estaba considerado como uno de los yates más lujosos del mundo. Pero, como con todo, tal y como ha demostrado hasta ahora, Donald Trump ha hecho un buen negocio. Compró el Nabila por 29 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas) y lo venderá por cerca de 129 millones.
El nuevo barco será otro de los grandes símbolos del imperio de Trump, como la Trump Tower, esa mole de cristales dorados y mármol rosa en plena Quinta Avenida neoyorquina; o ese Boeing 727 de su propiedad; o esa compañía aérea recientemente adquirida, The Trump Shuttle; o esa incursión en el terreno deportivo con el patrocinio de la prueba ciclista norteamericana denominada el Tour de Trump. A todo le pone su nombre, excepto, de momento, a otro de los exquisitos símbolos neoyorquinos: el hotel Plaza, que adquirió a finales del verano pasado.
El nuevo superyate de Donald Trump costará 140 millones de dólares (más de 17.000 millones de pesetas) y contará, entre otras cosas, con una piscina olímpica. De momento no se conocen más detalles de los lujosos aposentos que albergará el barco, aunque a tenor de las interioridades del Trump Princess -11 suites con sus respectivos cuartos de baño en ónix, sus 2 10 teléfonos, su discoteca, su fuente interior y sus paredes tapizadas en piel de elefante- y de las ansias de superación de su dueño, Donald Trump tendrá en qué emplear sus pensamientos.
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