Alegría y lágrimas en los festejos de los Pistons por el título de la NBA

Isaiah Thomas estaba tan emocionado que comenzó a llorar como un chiquillo cuando aún restaban 20 segundos del partido decisivo de la final de la Liga de la NBA. Hubo lágrimas y fiesta. Los jugadores del Detroit Pistons celebraron su triunfo sobre los de Los Ángeles Lakers durante toda la noche y no durmieron antes de volar de regreso a casa. Más de 2.000 personas los recibieron en el aeropuerto, pero eso no fue nada comparado con los 22.000 espectadores que pagaron tres dólares cada uno para ver el partido final en una pantalla gigante en su cancha.Es el primer título para los Pistons, que nacieron en 1941 como un club modesto localizado en Fort Wayne (Indiana). Llevan 32 años en Detroit, tres decenios que hasta hace poco estuvieron marcados por el fracaso y. el desinterés público. El técnico, Chuck Daly, llegó en 1983 inseguro de lo que iba a conseguir: "No creí que fuera a durar más de un año".

De todos los Pistons, Daly fue el menos apasionado después de conquistar el título. "Siento un alivio tremendo, una calma inmensa", declaró. "Me sentí muy emocionado en los días anteriores al cuarto partido, pero ahora predomina el alivio", añadió.

"La gente habla del miedo a triunfar y es verdad", afirmó Thomas; "no se puede tener miedo. Nosotros no lo tuvimos. Aprendimos de la derrota del año pasado. Nos hizo crecer. No ganar habría sido terrible".