El último de 'la quinta'

José Miguel González Martín del Campo, Michel, fue el último componente de la quinta del Buitre que entró en el primer equipo, a pesar de que atesoraba un mejor palmarés, no obstante fue designado en 1980 mejor jugador en el trofeo Príncipe Alberto, celebrado en Mónaco y considerado por entonces como una especie de Mundial juvenil. Michel, hasta ese momento, era también el segundo jugador en la historia de la selección juvenil en número de encuentros disputados, 25, uno menos que Tendillo. Subió al primer equipo en la temporada 1985-86, unos meses después que Pardeza, Sanchis, Butragueño y Martín Vázquez.Su calidad futbolística siempre ha sido reconocida por los técnicos. Ya en el torneo juvenil de Mónaco, el italiano Altafini declaró lo siguiente sobre el jugador: "Parece un viejo profesional lleno de recursos con los que salir airoso en los momentos difíciles". Posteriormente, siempre fue utilizado por los diferentes seleccionadores. Sin embargo, se le apodó que era un jugador acomodaticio, poco sacrificado, y quizás fuera esa la explicación a su tardía incorporación al equipo.

Desde la temporada 1985-86, Michel ha sido un jugador regular, posiblemente el de rendimiento más sacrificado del conjunto, como lo demuestra que, invariablemente, terminara cada temporada como el jugador de campo con mayor número de minutos de juego. En la temporada 86-87, Michel actuó durante 3.786 minutos, 84 menos que el guardameta Buyo. Ésta última temporada, Michel ha rebasado a Buyo y ha actuado durante 2.968 minutos, siendo titular en los 35 partidos de Liga disputados hasta el momento.

A pesar de que sus datos estadísticos son incontestables, Michel empezó a quejarse hace ya tiempo de que no era un jugador a quien el aficionado reconociera. En junio de 1986 se manifestaba así durante una entrevista: "Siempre he deseado que la gente me quiera, desde que era chaval. Hay cosas que no me gustan. Cuando llegué del Mundial de México, donde había jugado muy bien y había alcanzado un reconocimiento internacional, mi público, el del Madrid, no me perdonó mi primer fallo. Fue un sector pequeño, pero aquello realmente me afectó. Creo que el cariño está muy mal repartido en el Madrid. Es así, y va a ser muy difícil cambiarlo".