Aquí, un amigo
Izquierda de los Pueblos busca dos eurodiputados
, Por la tribuna de oradores han desfilado, entre otros, un ingeniero y economista con fama de trabajador, un ex alcalde de La Coruña tímido y ajedrecista, y un profesor con porte y barba de caballero rural inglés, presentados por un economista de mirada brillante y lenguaje asequible.
La plana mayor del Partido Socialista Galego-Esquerda Galega (PSG-EG) -Camilo Nogueira, Domingo Merino y Gonzalo Vázquez Pozo- da la bienvenida, en palabras de Xan Faca, a "un amigo: Juan Mari Bandrés".
El cabeza de lista de Izquierda de los Pueblos avanza por el escenario del Teatro Rosalía de Castro de La Coruña, con la tranquilidad de estar en confianza y de ser aquel chico vasco que estudiaba Derecho en Santiago de Compostela, "mientras en Bilbao todas las madres querían como yerno a Camilo, porque era ingeniero" (risas, incluida la de Nogueira).
"Se parece a ese actor, ¿cómo se llama?", comenta una señora con aspecto de profesional del acto público gratuito. El público que llena el patio de butacas del Rosalía es heterogéneo pero predomina la juventud madura, de nivel económico medio y alto, que caracteriza al PSG. "Aquí, bien", comenta un periodista vasco que sigue la campaña de Juan María Bandrés. "Se adapta a cada sitio y al partido coligado. En Canarias, en donde tienen un eslogan distinto, sin referencias a Europa, estuvo con los trabajadores tabaqueros, y en Alzira, con los afectados por las inundaciones".
En cada sitio lo llevan a visitar algún símbolo de las identidades patrias o el lugar donde se originó aquel conflicto que él elevó al Parlamento. "He visitado esta mañana los panteones de Castelao y de Rosalía a santiña", dice, y el público comparte respetuosa y moderadamente su emoción.
Organismo pensante
No hay explosiones pasionales. El estar en confianza ("no debería decirlo, pero sois mis amigos, y os lo voy a contar"), le permite citar a Montesquieu para explicar las limitaciones y las posibilidades del Parlamento Europeo, o comentar una declaración de Julio Anguita -"el PCE será algo así como la esencia del organismo pensante"-, con un coloquial y colegial "¡chúpate esa mandarina'.".
La definición de la intervención de Txiqui Benegas en un foro sindical como "ese ilustre descamisado, levantando el puño, así, flácido, por la falta de costumbre", provoca un murmullo de ironía cómplice y la referencia a una frase de Mario Onaindía ("Virgencita, danos la parejita" -dos diputados-) provoca una risa que parece surgida de casi un millar de contertulios. Los aplausos se reservan para subrayar las referencias políticas más claras y para la despedida: "A mí me da mucha vergüenza, pero os tengo que pedir el voto".
Un alto ejecutivo bancario y un rockero con inquietudes se apresuran en ser de los primeros en salir, los militantes y simpatizantes se relacionan en el hall y el resto del público se dispersa con aire general de satisfacción. Un padre, desorientado por el multiorigen geográfico de la lista, pregunta a su hijo: "¿Oye, neno, ¿quién es el número tres de nuestra candidatura?
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