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Francisco Luzón pone en marcha una reorientación del Banco Exterior y especializa sus filiales

Francisco Luzón, presidente del Banco Exterior de España, pondrá en marcha un cambio estratégico en esta entidad con mayoría de capital público para situarla en línea de rentabilidad comparable al de los grandes bancos españoles. Luzón, ante los medios informativos, hizo un pormenorizado análisis de los puntos débiles y fuertes del banco previo a la junta general celebrada ayer y señaló que este año será crucial para sentar las bases de un nuevo banco donde se especializarán las filiales del grupo. En 1988 la entidad tuvo un beneficio bruto de 10.063 millones de pesetas y repartió un dividendo de 106 pesetas por acción.Tras señalar que el año 1988 supuso un ejercicio dedicado al saneamiento y donde se volvieron a repetir con virulencia los problemas de años anteriores, tales como descenso del volumen de crédito a la exportación, empeoramiento de la situación de los países en crisis de pago y aumento de la competencia bancaria en España, el presente año supone el inicio de una nueva etapa. Ahora se impone la constitución de un grupo bancario diversificado, reducir los costes de transformación, crecer rápida y selectivamente y reforzar el nivel de capitalización.

Este año comenzó mal, según dijo Luzón, debido a las medidas tomadas por la autoridad monetaria, tales como elevar el coeficiente de caja, aumentar la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos y puesta en marcha de la circular de transparencia informativa. Todo ello supuso que el banco arrancara en 1989 con 4.300 millones de incidencia negativa en el negocio, a lo que hay que añadir otros 2.000 millones de morosidad de países en vías de desarrollo, que han dicho que mientras no se sepa en qué queda el plan Brady no pagan.

No obstante, durante los cuatro primeros meses del año se ha recobrado el terreno perdido y el margen financiero ha crecido un 18% con respecto al mismo período del año anterior. Los recursos generados en este primer cuatrimestre llegaron a 12.943 millones de pesetas, lo que representa un incremento del 18% sobre el mismo período del año anterior. En esta proporción han crecido también los beneficios.

Luzón, tras reconocer que el banco tiene una excesiva plantilla, aunque con jubilaciones naturales puede perder 1.200 personas hasta 1992, dijo que una de las bazas del grupo son los bancos filiales. El de Alicante desplegará su actividad en Valencia y Murcia y se especializará en productos bancarios de turismo e inmobiliarios. Es un banco que tiene una excelente cuenta de resultados, según Luzón.

Segunda marca

El Banco Cantábrico se convertirá en una segunda marca nacional del Exterior y se le especializará en banca al por mayor. Por su parte, el Banco Simeón, con presencia en Pontevedra y Lugo, ampliará su red de oficinas y se especializará en negocios tales como la pesca y en dar servicios a los emigrantes. Luzón insistió en que ojalá tuviera ocho o más bancos filiales para especializarlos en cada región o negocio.

El presidente del Exterior, que ayer se dirigió a la junta general ordinaria con presencia de grupos de trabajadores que protestaban por la firma del convenio colectivo, señaló que no venderá nada de la red internacional y que ésta debe tener presencia operativa en el norte de África, Japón y China. Asimismo, señaló que de momento seguirá con su presencia del 20% en el Banco Atlántico y que más adelante verán qué solución toman.

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