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Los tres reclusos 'fugados' de El Dueso estaban escondidos en la cárcel

Los tres reclusos a quienes se daba por fugados de la prisión de El Dueso (Santoña, Cantabria) fueron hallados a las 0.50 horas de ayer en la cárcel, ocultos en un falso techo del edificio donde se ubican el gimnasio, el teatro y otras instalaciones de la colonia penitenciaria. Estos reclusos habían- desaparecido tres días y medio antes, y en su búsqueda por el interior y el exterior de la cárcel participaron noche y día centenar y medio de funcionarios y numerosos guardias civiles.

La desaparición de Alfonso Palomares Rodríguez, de 34 años, de Ciudad Real, que ya había quebrantado dos permisos; Juan Carlos Sahagún Gobantes, de 30 años, de Miranda de Ebro (Burgos), y José Vicente Olmo Izquierdo, de 29 años, de Madrid, fue advertida por los funcionarios a las 14.30 del sábado pasado tras el habitual recuento del mediodía.Fuentes de El Dueso (679 internos tras la última conducción que llegó ayer) manifestaron que desde su desaparición no se tuvieron indicios para creer que se hubieran fugado.

El penal, entre la playa de Berria y el casco urbano de Santoña, ocupa una vasta finca de 350.000 metros cuadrados rodeada de una muralla de unos tres kilómetros de longitud y cuya altura oscila entre cuatro y siete metros.

El hecho de que a lo largo de la pared no se descubrieran huellas y la evidencia de que ningún coche había sido robado en la zona a partir del sábado, cuando se advirtió la falta de los tres reclusos (condenados a altas penas por atracos y, en dos casos, con homicidio), hicieron a la direccion del penal y a la Guardia Civil no cesar en el rastreo con ayuda de perros de las instalaciones, así como la inspección de la espaciosa finca donde alguna vez reclusos con intenciones de recobrar la libertad practicaron agujeros en tierra introduciéndose en ellos a fin de tratar de pasar desapercibidos y esperar la llegada de la noche para saltar la tapia.

Escondite en el falso techo

Al filo de la una de la madrugada de ayer los tres reclusos fueron localizados por funcionarios en el falso techo de escayola del edificio de tratamiento; por si estuvieran armados, requirieron inmediatamente el auxilio de la Guardia Civil, que procedió a la detención de los internos, quienes, carentes de víveres y con la moral deprimida, se entregaron sin ofrecer resistencia, sabedores de que, desechada la hipótesis de la evasión, su búsqueda no había cesado en ningún momento desde las primeras horas de la tarde del sábado.Las más frecuentes fugas de El Dueso se han producido siempre mediante el salto, por la zona más baja, de la muralla circundante, aprovechando que durante la noche la Guardia Civil abandona sus garitas, para ejercer la vigilancia en un edificio cubierto, a la entrada del penal.

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