_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Centro

¿Era acaso el centro una pasión inútil? ¿Era su destino, corno el del melón, caer siempre hacia un lado apenas se erguía buscando una postura airosa y propia? Paradoja odiosa, regüeldo unamuniano: el camino más corto hacia Europa pasaba por los ayuntamientos celtibéricos y se detenía en Villalba. ¿Tenía la política razones que la razón no entiende?Volvió a cotejar cuatro periódicos de ámbito estatal y un par de periódicos locales. Repasó el libro del I Ching. Le vino el sueño, o quizá la depresión, cuando rebuscaba su ejemplar de Maquiavelo. Soñó que rompía 720 huevos, y 718 veces la yema se le iba a la derecha. Despertó en el lado izquierdo de la cama y aguzó el oído por si aún sonaban las antitrompetas de la mili rebajada y otras audacias de su líder. Nada. Un escalofrío le recorrió el espinazo al imaginar la probable oferta cultural urbana de la inminente coalición de centro-derecha. Y una cosa era meterse con los socialistas y otra tener que resolver los atascos de tráfico con los populares. Encima, su primo el animador cultural le montaría sentadas para cobrar los tres meses de atrasos. ¿Quién le había metido a concejal del CDS?

Se puso un batín y hojeó la Estructura económica de Tamames. La dejó pronto y garabateó cinco propuestas urbanísticas para que no le cogieran en pelotas en el pleno. Tachó dos al recordar que las había oído a alguien de Izquierda Unida. Apuntó en la agenda leer a Alfonso Ussía y escuchar a Encarna Sánchez. Le entró entonces un violento cabreo contra el PSOE: si el PSOE no fuese de centro, el centro no tendría que arrojarse en los brazos de la derecha.

Se vistió y al ponerse la corbata recordó que Leguina había calificado de soga para ahorcarse la oferta de la derecha al centro. Se quitó la corbata. Era todo inútil. El desalojo de los socialistas podría crear un sentimiento de simpatía hacia ellos. Sonrió malévolamente. A fin de cuentas, Izquierda Unida tampoco se iba a comer una rosca en las próximas elecciones a poco que los del PSOE volviesen a parecer de izquierdas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_