Joan N. García-Nieto

Tiene 59 años y lleva más de media vida luchando por las ideas en las que cree. Renunció desde muy joven a la familia de banqueros de la que procedía. Era jesuita a los 16 años y desde entonces ha sido impulsor de todo tipo de movimientos progresistas y sociales. Ha sido teórico marxista, fundador de Comisiones Obreras en varias ciudades, sacerdote y autor de más de una docena de libros en los que explica su lucha en defensa de la utopía. Joan Nepomuceno García-Nieto París, de oficio profesor, recibió no hace mucho la medalla de oro concedida por el Ayuntamiento de Cornellá (Barcelona), en reconocimiento a su eterno compromiso por conseguir una sociedad más justa.

Su talante de hombre honesto se refleja en su rostro. Con el pelo completamente blanco y ese tono de voz paternalista de los jesuitas, García-Nieto reivindica en pleno 1989 la vigencia del marxismo no dogmático "como instrumento para cambiar la sociedad y de purificación de la fe cristiana".Ha teorizado sobre las bolsas de pobreza, las nuevas tecnologías, el ocio y la juventud, pero contribuyó también durante muchos años a lo que él denomina "la creación de espacios de libertad". Lo hizo en pleno franquismo, a través de Cristianos por el Socialismo o las Comunidades Populares de Base, que canalizaban las inquietudes sociales políticas de entonces.

En 1963 se incorporó como profesor a la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESADE) en Barcelona, y allí compartió su actividad teórica con una intensa militancia comunista. Llegó a Cornellá en 1965 y desde entonces su casa se convirtió en cobijo de obreros en huelga y sindicalistas perseguidos por la policía.

En 1969 se licenció en Teología en Irlanda, tres años después lo hizo en Sociología Industrial, en la facultad de Económicas de Londres, donde estudió junto a Narcís Serra, el actual ministro de Defensa. Durante muchos años fue becario del Partido Laborista británico. También colaboró con Felipe González en un estudio sobre el sindicalismo cristiano en España. Mucho antes, coincidiendo con -sus estudios en Deusto, ayudó a fundar Comisiones Obreras junto a los trabajadores de Euskalduna.

Tras abandonar ESADE en 1979 continuó la docencia en la sectorial de Comisiones Obreras del Baix Llobregat, donde contribuyó a que esta comarca alcanzara el mayor índice de afiliación de CC OO de toda España y se convirtiera en un punto de referencia obligado para explicar la reciente historia del movimiento obrero.

García-Nieto no aceptó jamás ningún cargo de dirección, ni en el sindicato, ni en el Partido Socialista Unificat de Catalunya- (PSUC), ni en la propia Iglesia, de la que afirma: "No la dejaré jamás, porque si alguien sobra en la Iglesia son los que están por una opción burguesa".

Sus teorías siempre han intentado buscar un punto de encuentro entre cristianismo y marxismo, "porque no se puede separar lo cristiano de la lucha diaria". En su último estudio, García-Nieto reclama "un proyecto de sociedad en clave de utopía", y señala: "Nadie nos puede impedir que vivamos nuevos espacios de creatividad, aunque sea al margen y en contra del sistema, como si fuéramos islas, porque apuesto a que esas islas serán cada vez más grandes".