Los críticos del PSOE creen que el partido profundiza el "divorcio" con el electorado

ANABEL DÍEZ, El grupo de críticos del PSOE que encabezan los diputados Luis de Velasco y Ricardo García Damborenea entregó ayer en la sede del partido un escrito avalado por 1.000 firmas en el que muestra su pesar porque en la celebración del próximo Primero de Mayo se materialice la ruptura de la familia socialista. En el escrito se afirma que la línea política que siguen los socialistas, Iejos de reducir el divorcio entre el partido y el bloque social que le prestó su apoyo en 1982, mantiene e incluso aumenta la distancia entre ambos".

La carta con las 1.000 firmas recogidas en las últimas sema nas entre militantes de 28 provincias y dirigida al presidente del partido, Ramón Rubial, fue entregada a media mañana de ayer en la sede federal socialista, en Madrid. Entre los firmantes, junto al grupo inicial de 15 críticos que se presentó públicamente mediante un documento el pasado 25 de febrero, se encuentran 65 concejales, ocho alcaldes, dos tenientes de alcalde, 18 secretarios de agrupaciones socialistas, seis diputados autonómicos y un diputado nacional, Jesús Fuentes junto a De Velasco y García Damborenea. La carta, a la que ha tenido acceso este periódico, dice literalmente: "Querido presidente El 27 de febrero un grupo de mi litantes dirigimos un documento a la Comisión Ejecutiva Federal, en el que se hacia un análisis de la situación en la que se encuentra el socialismo en nuestro país y se proponía la realización de un amplio debate entre los militantes del PSOE Desde entonces, los hechos acaecidos y las manifestaciones emanadas de la dirección del partido no han hecho sino confirmar los análisis expuestos en el documento y las preocupaciones allí expresadas".

"La línea política que se está siguiendo, lejos de reducir el creciente divorcio entre el partido y el bloque social que le prestó su apoyo en 1982, mantiene e incluso aumenta la distancia entre ambos. Es para no sotros especialmente doloroso contemplar cómo se plantea la fiesta del Primero de Mayo, que debiendo ser un símbolo de solidaridad y una fiesta de unión de los socialistas, se va a realizar como muestra de ruptura y enfrentamiento, no sólo en el seno de la familia socialista, sino en el conjunto de las fuerzas sociales que, naturalmente, deberían dar su apoyo al proyecto del PSOE".

"Por el contrario, es satisfactorio comprobar las coincidencias de orientación política preconizadas en el documento entregado a la Comisión Ejecutiva Federal, con el programa electoral al Parlamento Europeo, con lo que nos cabe la esperanza de que, a partir del 15 de junio, el partido no sólo defienda dicho programa para el ámbito europeo, sino que, manteniendo su coherencia, lo lleve a la práctica dentro de la política nacional. Acompañamos 1.000 firmas que compañeros del partido nos han enviado en apoyo a estos planteamientos".

[El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, comentó anoche que no conocía el texto de la carta enviada por los críticos, respaldada por mil firmas. Pero comparó ese grupo con el número total de militantes socialistas y dijo: "Hasta 250.000, todavía queda..."]

Programa europeo

Toda vez que los críticos ven con muy buenos ojos el programa electoral socialista para Europa, van a mantener una absoluta discreción desde el próximo Primero de Mayo hasta el 15 de junio, fecha de los comicios europeos, a fin "de no entorpecer la marcha electoral del partido y no perjudicar a la organización". Algunos de los firmantes se mantienen en su idea de no constituirse en una corriente de opinión porque no quieren "encerrarse en un gueto".

Los portavoces informantes afirman ser conscientes de que van "contra corriente y que todo son dificultades", pero sólo les anima la idea de que pueda extenderse por el partido "otro referente político".

Un nuevo inconveniente les ha surgido ante la crisis que vive el secretario general de los socialistas vizcaínos, Ricardo García Damborenea, "porque si finalmente es defenestrado, podrán decir con más fuerza desde la dirección que ninguno de los firmantes tiene relevancia ni apoyo detrás de sí", según comentó a este periódico uno de los críticos.