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TRAGEDIA EN EL FÚTBOL BRITÁNICO

Una avalancha en el partido Nottingham Forest-Liverpool provoca 93 víctimas mortales

RICARDO M. DE RITUERTO, Noventa y tres aficionados del Liverpool, que asistían a la semifinal de la Copa inglesa de su equipo contra el Nottingham Forest, murieron ayer aplastados o asfixiados en el estadio de Sheffield, en la peor tragedia de la historia del fútbol británico. Doscientos, según el balance oficial, resultaron heridos, de los que 73 están hospitalizados, 22 en cuidados intensivos. El drama sobrevino en los minutos iniciales del encuentro, al poco de que la policía ordenara abrir las puertas del fondo ocupado por los seguidores del Liverpool para dar entrada a varios miles de hinchas que se habían quedado fuera y ante el temor de que se produjera una tragedia en el exterior. Pero la llegada de éstos sometió a los fallecidos a una presión equivalente a media tonelada mortal.

Los primeros indicios de que algo grave estaba pasando los dio un agente de policía que, a los seis minutos de juego de la semifinal de Copa entre el Liverpool y el Nottingham Forest, corrió hacia el árbitro y le pidió que detuviera el partido. El colegiado mandó a los dos equipos a la caseta, cuando ya en el fondo defendido por el Liverpool había decenas de personas. Eran los primeros que habían conseguido saltar la vallas, y entre ellos ya había algunos exánimes a los que se intentaba a la desesperada volver a la vida con masajes cardíacos y respiración boca o boca.En la repleta tribuna miles de aficionados eran comprimidos por otros miles, que pugnaban por entrar. La presión era enorme y mientras algunos saltaban la valla y otros conseguían auparse hasta la tribuna superior, muchos, niños y mujeres entre ellos, gritaban y pedían socorro a la policía.

Me ahogo, me ahogo

Los agentes, sorprendidos por lo que estaba ocurriendo, miraban impotentes a la masa, a la que pedía que retrocediera. La sitaución duró largos y angustiosísimos minutos durante los cuales, los más afortunados consiguieron saltar la valla, mientras bajo ellos otros parecían aplastados.

"Me ahogo, me ahogo", dijo uno antes de desplomarse, según contaba otro joven que estaba a su lado y que consideraba que ayer había vuelto a nacer.

La policía y los propios aficionados improviasron inmediatamente ayudas de emergencia. Carteles publicitarios fueron utilizados como camillas, mientras se practicaban respiraciones boca a boca. Los servicios sanitarios del estadio estaba inutilizables y un médico presente habló de negligencia criminal. Los heridos fueron evacuados a dos hospitales de Sheffield, donde anoche una veintena de ellos se encontraba en situación crítica. Las heridas que presentaban era, "aplastamiento, miembros arrancados o dislocados, pechos y abdómenes con contusiones propias de haber estado presionados contra barreras y vallas", dijo un médico que les atendió.

El responsable del buen estado de las vallas en el estadio del Sheffield calculó que por el estado en que habían quedado, quienes fueron aplastados contra ellas debieron haber estado sometido a una presión del orden de la media tonelada.

"Según me informan, existía una gran tensión en las puertas porque muchas personas llegaron al estadio cinco o diez minutos antes del comienzo del partido", declaró el jefe regional de policía, Peter Wright. "Había peligro para la vida de los que estaban fuera, a juicio de la policía, y se dió orden de abrir la puerta para aliviar esa presión. Se trataba de salvar vidas fuera y evitar aplastamientos".

Testigos presenciales repartían la responsabilidad de lo ocurrido entre la federación, que no dió suficientes entradas a los seguidores del Liverpool, y la policía, incapaz de hacer frente a la avalancha de aficionados que se quedó fuera. Muchos de los hinchas carecían de localidad, al haber entregado la federación seis mil entradas menos al Liverpool que al Nottingham, un equipo con menor asistencia regular de espectadores. La expectación por el encuentro era enorme y muchos de estos aficioanados sin entrada acudieron a Sheflield. Allí, la policía, que el año pasado había controlado sin problemas idéntica semifinal, se vio desborda por la afluencia, muy excitada por los gritos que llegaban del campo.

Al ver al avalancha inicial, los hinchas del Nottingham, que ocupaban la tribuna de enfrente pensaron, al igual que muchos espectadores, que lo que estaba ocurriendo era una pelea entre aficionados. Como algunos de los evacuados llevaban la canúseta roja del Liverpool, estos seguidores creyeron que eran los hinchas rivales los que estaban llevando la peor parte de la supuesta pelea, se enardecieron y comenzaron a insultarles. La policía tuvo que formar un cordón para evitar que las cosas llegaran a mayores. Cuando trascendió lo que había ocurrido, los del Nottingham. comenzaron a aplaudir a sus rivales.

Para los clubes ingleses se abre un período de incertidumbre sólo cuatro días después de que se les anuncié su vuelta a los torneos europeos.

La muerte nuevamente en directo

AGENCIAS, La televisión británica, British Broadcasting Corporation (BBC), transmitió las escenas de la tragedia en directo. Pronto se tomó conciencia de su magnitud. Las cámaras mostraron cómo espectadores improvisaban camillas en las que eran trasladadas personas con las caras ya cubiertas. Un portavoz de la policía de South Yorkshire señaló inicialmente que la situación era muy confusa y añadió: "No podemos confirmar que haya habido muertos". Sin embargo, un espectador, con el rostro del terror en la cara, declaró poco después: "Hay gente muerta fuera del campo tumbada en el suelo".

Un comentarista de la BBC dijo que, aparentemente, la avalancha mortal fue causada por un grupo de espectadores sin entradas que irrumpieron por una puerta trasera de la grada donde estaban los hinchas del Liverpool. Un oficial de policía confirmó que el problema no había sido causado por desórdenes o por algún tipo de violencia. "La tragedia ha ocurrido", dijo, "porque a veces fallan las medidas de seguridad". A su alrededor, centenares de personas trataban de saber noticias sobre sus amigos o familiares.

Un miembro del servicio de ambulancias, que habló de 95 víctimas mortales trasladadas a distintos centros. sanitarios, en lugar de las 93 que indicó la Policía, declaró: "Los hospitales están, saturados con heridos". Un médico describió ante los micrófonos de la BBC los momentos vividos con sólo dos palabras: "Absoluta confusión".

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