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Los 'tifosi', eufóricos, incrédulos y airados

Juan Arias

Los italianos están eufóricos, incrédulos y airados al mismo tiempo tras el Madrid-Milán. Eufóricos porque ya saborean la Copa; incrédulos porque hasta el día anterior nadie se hubiese jugado un duro sobre el resultado. Todos tenían miedo. Para ellos, el Real era como un mito, como un "fruto prohibido", había escrito un diario de Milán. Y airados, no tanto contra el árbitro, cuya actuación el diario La Repubblica calificó de "insigne", sino contra el juez de línea, de quien dijo que "había perdido la cabeza".La tarde del partido se respiraba en Roma el mismo clima de los partidos que nadie quiere perderse. Incluso en las reuniones oficiales todo se aceleraba para no llegar tarde a la cita con el televisor. Dos horas antes del encuentro quedaban sólo cuatro diputados en el Parlamento mientras hablaba uno de ellos. Y hasta se supo que el Papa iba a parar todo en el Vaticano para encerrarse a ver el encuentro. Incluso en la Embajada ante la Santa Sede, donde se iba a condecorar con la Gran Cruz del Mérito Civil a los cardenales españoles de reciente nombramiento, Eduardo Martínez Somalo y Antonio Javierre, la ceremonia se celebró a las 18.30 para no crear problemas.

Acabada la ceremonia, el cardenal Somalo, riojano, ex sustituto del Papa y actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, confió: "Para mí, esta tarde va a ser un problema lo del partido". "¿Por qué, eminencia?". "Pues mire usted lo que pasa, que mis dos monjitas son de Milán, y ya me han preguntado si también yo quiero ver el partido". "¿Y lo va a ver?". "Pues, hombre, cómo me lo voy a perder". "¿Y las monjitas por quién van a tifar, como se dice aquí, en Italia?". "Bueno, ellas son muy buenas y respetuosas...".

Ayer, los diarios, incluso los no deportivos, como el serio Corriere della Sera, lanzaron las campanas al vuelo en sus títulos: "De Real en Madrid se ha visto sólo el Milán". Y calificó la actitud arbitral de "atraco".

"Ha sido tremendo. Tuvimos que jugar hasta contra el árbitro", escribió Il Corriere dello Sport. Y añade que debe acabar esa psicosis que persigue al Mílán, al que se le anula siempre un gol, recordando que fue ésta ya la tercera vez que en una Copa de Europa "se ven atracados".

Resultado ofensivo

A su vez, La Gazzetta dello Sport publica: "Milán emborracha al Real, pero le roban un gol". Y llega a decir que el resultado justo hubiese sido un 6-2 para el Milán, y explica que, tal como ha jugado el Milán, el resultado es "simplemente ofensivo".

Sin embargo, no es ésa la opinion de la mayor parte de los aficionados italianos, que ayer, en bares y oficinas, comentaban que el partido había sido emocionante y que se había tratado de una de las pocas veces que un partido merece la pena verse hasta el último segundo. Si acaso, lo que nadie se esperaba es que el Milán hubiese podido jugar tan bien ante el mítico Real Madrid, un equipo por el que en Italia existe una admiración casi reverencial.

Y por lo que se refiere al partido de vuelta, hay quien canta ya victoria, como Silvio Berlusconi, "el más enfurecido de todos", según los enviados especiales. Pero también hay quien es más prudente y aconseja atención, como La Gazzetta dello Sport: "El Real no está aún cocido, sigue siendo un gran equipo, muy fuerte, que no pierde los ánimos". Aunque concluye diciendo: "El Milán ha demostrado tener todos los papeles en orden para ganar la Copa de Europa. El hecho de que en los años ochenta ninguna formación italiana, antes del Milán, hubiese sido capaz de evitar una derrota en el Bernabéu nos llena de orgullo. En Madrid se confirmó lo que ya sospechábamos, que los campeones de España no son marcianos".

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