Agotadas las entrados para el partido de la Copa de Europa entre el Real Madrid y el Milán

Ya no quedan entradas para el partido del próximo miércoles entre el Real Madrid y el Milán, de la Copa de Europa. Las pocas que se pusieron ayer a la venta, de 2.500 a 3.000, se agotaron de inmediato. Los revendedores controlaron su adquisición al contratar a mendigos, parados y estudiantes para que desde el día anterior formaran cola ante las taquillas del estadio Bernabéu. Les pagaron a razón de 300 pesetas la hora y 5.000 por cada una de las dos que únicamente se despachaban por persona, y cuya cotización a partir de hoy puede oscilar entre las 30.000 y las 35.000. En la eliminatoria anterior llegaron a abonarse en la reventa hasta 25.000 pesetas.

La expectación que ha levantado el partido con el Milán, pese a ser el de ida, supera la relativa a los encuentros con el Eindhoven en la pasada temporada también en las semifinales de la Copa de Europa, y en ésta, en los cuartos de final, que fue el de vuelta. Al fin y al cabo, hay que reparar en que será el último del Real Madrid en su campo en la actual edición de este certamen, ya que la final, de clasificarse para ella, la disputaría en el Camp Nou, de Barcelona.Conseguir entradas a su precio oficial -7.000 pesetas, la más cara, y 1.300, la más barata- ya es imposible. Ayer sólo se pusieron a la venta de 2.500 a 3.000 de asiento, ya que el campo dispone de 32.000 localidades de esta clase, de las cuales 24.000 corresponden a abonados -todos retiraron en su día las suyas- y unas 5.000 se reservaron para los compromisos del club -se doblaron respecto a otras ocasiones, según un portavoz, por lo que los directivos ya no tuvieron las 75 se siempre, sino menos, y a los empleados se les redujeron sus cupos a la mitad, por lo que incluso hay cierto malestar en algunos-.

Noche y día

Los revendedores se apresuraron a copar la cola, en la que llegó a haber unas 3.000 personas. Para ello contrataron a mendigos, parados y estudiantes, que, desde la noche anterior, inmediatamente después del partido con el Celta de Vigo, de la Copa del Rey, aguardaron su turno con paciencia, humor -hubo animadas partidas de cartas- y avituallamiento -proliferaron, como en los días de partido, los puestos de bocadillos-.

Los supuestos aficionados, que, de alguna manera, tampoco disimulaban su mera condición de alquilados, recibieron por su trabajo 300 pesetas por hora y 10.000 por las dos entradas que únicamente se despachaban por persona. Sin embargo, cada localidad de asiento puede cotizarse a partir de hoy a 30.000 o 35.000 pesetas -ante el Eindhoven, subieron hasta 25.000-, por lo que, obviamente, el negocio de la reventa es pingüe.

Agentes de la policía nacional y de la municipal mantuvieron el orden en la cola y, para evitar aglomeraciones, se pusieron vallas en algunos tramos de la misma. Desde el mediodía, quedó prohibido abandonarla no importa cuál fuese el motivo; quien se fuera perdería su sitio.

Los accesos a los despachos interiores tuvieron también una vigilancia especial con el fin de impedir que alguien se colase. Aun así, un hombre, que aseguraba haberse desplazado muy temprano desde Talavera de la Reina (Toledo), burló el cerco y llegó a las oficinas, en las que organizó cierto escándalo al negarse a salir de ellas porque, según él, el mismísimo presidente del club, Ramón Mendoza, le había prometido que le facilitaría dos entradas.

Ya se ha confirmado que don Felipe de Borbón y el príncipe Alberto, de Mónaco, asistirán al encuentro en el palco presidencial, en el que también se darán cita diversas personalidades. El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, ha rechazado, no obstante, la invitación para acomodarse en él, pero sí que se ha apresurado a comprar unas entradas para presenciar el partido desde la tribuna en compañía de su hijo.

Se han habilitado 21 puestos de comentaristas televisivos y el encuentro será retransmitido a 17 países a través de Eurovisión y de la Organización de Televisión Iberoamericana (OTI). Los periodistas extranjeros que ya se han acreditado suman 150.

El trofeo de Beenhakker

Por otra parte, matizando la información publicada ayer, el entrenador del equipo blanco, Leo Beenhakker, sí que recibió el miércoles el trofeo patrocinado por Whisky Bells y que premia al considerado como el mejor técnico del mes.

Lo que ocurrió es que se le dio en una ceremonia privada, en la sede del club, y no en el propio césped como se acostumbra. Con ello se pretendió evitar cualquier posible reacción en contra de algún sector del público después del caso suscitado en los últimos días entre el preparador holandés y el delantero internacional Butragueño.

Mendoza tuvo que llamar al orden y a la concordia a ambos después de que Beenhakker solícitase una sanción económica para Butragueño por considerar como una falta de disciplina sus declaraciones a raíz de ser suplente precisamente en el partido de vuelta con el Eindhoven, en el que sólo fue alineado en los últimos minutos de la prórroga, cuando la victoria madridista estaba perfilada.