Julio Salinas dio el triunfo al Barcelona

El Barcelona mantuvo en Sevilla su pugna por alcanzar el liderato y sumergió al Betis, tras la semana de Pasión vivida en Sevilla, en lo más profundo de la clasificación. El Betis intentó jugar a la contra en la primera parte, encontrándose un rival conservador que no dejó resquicios para una sorpresa. En la segunda mitad los papeles cambiaron y el Barcelona aprovechó dos contraataques para sentenciar el encuentro y aumentar a ocho la cuenta negativa del Betis. Salinas, por do veces, fue el verdugo de los andaluces. La permanencia de Cayetano Re en el banquillo del Betis será el tema de la semana en las reuniones de la directiva verdiblanca.El Betis salió dispuesto a jugar al contraataque, aguardando en su parcela para salir en profundidad aprovechando la velocidad de Yáñez. El Barcelona, consciente de ello, inició el partido haciendo acopio de jugadores en el terreno de su rival, dejando constancia de su mayor peso específico, pero nunca con la osadía de proyectar totalmente su juego sobre el marco de Pumpido.

Los azulgrana eran perseguidos en marcajes individuales por los hombres de Cayetano Re y, aunque intentaban el juego en vertical sobre puerta, casi siempre llegaban en desventaja ante la presencia de Hierro o del cancerbero verdiblanco.

La primera parte tuvo escasas jugadas de peligro. Serna despejó con apuros un centro de Chano a los 5 minutos y Calderé levantó suspiros en la grada en dos remates de cabeza (m. 27 y 31) que salieron por encima del travesaño de Zubizarreta.

El Barcelona, sin embargo, dispuso de la mejor ocasión para marcar. Eusebio, tras las sustitución (m. 8) de Beguiristáin, combinó por la izquierda con Milla, que le envió un balón preciso sobre la salida de Pumpido. El ex atlético intentó el regate, pero la cintura del guardameta argentino fue más rápida, apoderándose del esférico cuando el barcelonista se encontraba en mitad del regate.

Tras varias interrupciones del colegiado -una de ellas provocada por el humo de una bengala que se quemó en la grada del Villamarín- finalizó el primer tiempo. El Barcelona había reducido los riegos al mínimo, aunque también las posibilidades de marcar.

El Betis salió osado en la segunda mitad dispuesto a provocar ocasiones de gol y en dos oportunidades, apenas disputados cinco minutos, consiguió acercarse con peligro a la meta de Zubizarreta. En la primera, Yáñez disparó desde fuera del área, pero el guardameta azulgrana no tuvo excesivas dificultades para detener el balón. En la segunda ocasión, el chileno optó por llegar a la línea de fondo y centrar para que Recha no llegase al remate.

La reacción azulgrana no tardó. El Barcelona conseguía a renglón seguido su primer gol, obra de Julio Salinas. El delantero controló una balón dentro del área, pugnó con Julio y batió a Pumpido por alto. El Betis había pagado cara su primera osadía y su exceso de celo ofensivo.

Tras el 0-1, el Betis volvió a lanzarse hacia el ataque. Con más pundonor que ideas de juego y con mayor presencia de hombres que calidad futbolística, la presión verdiblanca en las inmediaciones de Zubizarreta era meramente simbólica. El Barcelona controlaba sin dificultad esas acciones y esperaba agazapado para lanzar una nueva ofensiva que sentenciase el encuentro. Aloisio y Serna despejaban sin piedad cualquier intento verdiblanco por alcalzar la red de su portero. El brasileño se convirtió en una muralla defensiva, cortando en acciones de libero y organizando las ofensivas junto con Milla.

Julio Salinas fue nuevamente verdugo en el Villamarín y sentenció el encuentro a 15 minutos del final. Corrió tras un envío lanzado en largo desde su defensa por Eusebio. Ganó la carrera a cuantos defensores béticos intentaron alcanzarle. Disparó, tras soportar un instante la salida de Pumpido, y tras el rechazo de éste machacó el balón sobre la red del Betis. El guardameta verdíblanco quedó conmocionado en el suelo, producto de un encontronazo con la rodilla de Hierro. Igualmente quedó el Betis.

El último intento de Cayetano Re por remediar la tragedia de los ocho negativos que pesan como una losa en el futuro del Betis fue sacar a López Ufarte por Recha cuando faltaban cinco minutos para el final. El remedio, lógicamente, no fue efectivo.