Ivanchuk, un genio simpático

El joven soviético ganó a todos los favoritos en el importante torneo de Linares de ajedrez Tiene un talento comparable al de los grandes campeones pero no se comporta como ellos. Durante las partidas abandona el escenario y se va a la calle a correr y a hacer flexiones. "Será campeón del mundo si sus nervios se lo permiten", según vaticinó el subcampeón Anatoli Karpov, su amigo y su ídolo de la infancia. Es el soviético Vasili Mijailievich Ivanchuk, que a los 20 años acaba de triunfar en el torneo de Linares, uno de los más importantes en la historia del ajedrez, derrotando a todos los favoritos mostrando excelentes posibilidades para romper el dúo Karpov-Kasparov.

Ni siquiera cuando ganó el Open de Nueva York, hace un año, Ivanchuk recibió una ovación tan grande como la que le tributaron, los linarenses el domingo mientras Rosa Conde, ministra portavoz del Gobierno, le entregaba el trofeo. Durante los últimos 15 días se ganó la simpatía de los vecinos de Linares, que le vieron por las mañanas jugando con los niños o cantando mientras correteaba por la ciudad. Tras la comida de clausura, Vasili lvanchuk se sintió obligado a corresponder a tanta amabilidad, superó momentáneamente su timidez y entonó con buena voz un par de canciones de Ucrania, su república natal.Liberar la tensión

"Necesito ir a correr cuando le toca jugar a mi rival, porque así libero la tensión. El ejercicio hace que mi cabeza esté más fresca y juego mejor", explica el joven soviético, que con frecuencia mira hacia el público mientras se atusa el bigote cuando le corresponde mover. "Eso lo hago sin darme cuenta. Desde pequeño me acostumbré a calcular las posibles variantes sin ver el tablero. Así mis ojos no se cansan demasiado".'El ajedrez es mi vida"afirma con firmeza. "Algunos colegas", añade, "los que no pueden llegar a lo más alto, dicen que taribién hay que dedicarse a otras cosas. Pero si luchas para ser campeón del mundo, el ajedrez te llena por completo. De todas formas, mi caso no es le los más extremos. De vez en cuando me gusta ir al cine y al teatro, leer y pasear con mi medio-novia".

.Ivanchuk nació en Copichinsi, un pueblo cercano a Termopolis. Las profesiones de sus padres, procurador y profesora de física, motivaron costantes cambios de residencia. Ellos le enseñaron el movimiento de las piezas a los: seis años, justo cuando Karpov se proclamó campeón del mundo. "Tolia se convirtió en mi ídolo", reiuerda. "Por eso siempre fue un placer encontrarme con él. No; hemos entrenado juntos dos veces, y hablamos a menudo".

CaiÍ tres lustros después Ivanciuk ha superado a su maestio en un torneo de elite "tremendamente duro", reconoce. "En Linares mis sufrimientos han ido aumentando paulatriamente. El último día lo pasé muy mal". De esto último fueron testigos varios periodistas; el joven soviético bajó al comedor, pidió un plato de sopa y tras las primeras cucharadas se levantó de súbito y salió corriendo. Volvió al poco rato y lo intentó con un filete pero apenas acertaba a llevarse el tenedor a la boca. Él califica este viacrucis como "perfectamente normal. Tendré que acostumbrarme a los momentos de gran tensión".Afortunado en la URSS

Ivanchuk se considera afortunado "por haber nacido en la Unión Soviética donde me han dado toda clase de facilidades para convertirme en ajedrecista profesional. Sé que en otro país hubiera sido mucho más dificil". Actualmente cumple el servicio militar, que dura dos años, pero su única obligación es jugar con el equipo de las fuerzas armadas.

En España, donde ha alcanzado su éxito más importante, se siente a gusto: "Me ha impresionado la belleza del paso de Despeñaperros y también la hospitalidad de la gente". Sin embargo, su recuerdo más inolvidable pertenece a un hecho reciente que vivió en Moscú: "Tuve que luchar con unos atracadores en plena calle y conseguí escapar. Fue una experiencia interesante".