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Marpessa

La inseguridad de la modelo más cara en pasarela

Tuvo complejo de fea en su infancia y en su adolescencia. Ahora querría engordar unos cuantos kilos. Dentro de 20 años quiere estar con su familia, rodeada de niños. Solitaria e insegura, esta holandesa es, a sus 24 años, la modelo mejor pagada del mundo en pasarela y último oscar de la moda a la mejor maniquí, máximo galardón para estas profesionales que bianualmente se concede en París. Marpessa pasó la semana pasada por Madrid, en su primera visita a España, para desfilar en la Pasarela Cibeles.

Dicen que las maniquíes que hacen pasarela no pueden ser modelos de foto, y viceversa. Dicen que la que presenta alta costura no tiene posibilidades de hacerlo con el diseño ultramoderno, y viceversa. Dicen que la que accede a las pasarelas de Milán o París tiene las puertas cerradas en Londres o en Nueva York. Dicen que a las grandes cuesta mucho traerlas a Madrid porque ya tienen comprometidos todos los días.Marpessa, metida en esta profesión desde los 16 años, a sus 24 años hace pasarela y posa para los gráficos, presenta alta costura y a innovadores diseñadores en París, Londres, Nueva York y Milán, y además la moda española ha tenido "a la más cara" dos días en Madrid -amillón por día-, donde ha presentado, dentro del marco de la Pasarela Cibeles, las colecciones de otoño-invierno de 1989-1990 de los diseñadores españoles Jesús del Pozo, Paco Casado, Manuel Piña, Pedro del Hierro, Francis Montesinos, Loewe y Roberto Verinno.

Vestida de forma desenfadada, cuenta con voz grave y sugerente, a lo Lauren Bacall, cómo quería ser modelo desde que tenía cuatro años, a pesar de que se encontraba fea. Cuando a los 16 años logró su aspiración, enloqueció los primeros meses al verse con tanto dinero: "Perdí la cabeza, pero los amigos me frenaron e hicieron que la recuperara".

Propietaria de un terreno en Costa Rica, donde quiere construir una casa de estilo español, se impone a sí misma tener tiempo-libre, y comenta: "Si fuera por las agencias no pararía de trabajar ni un solo día". En Madrid no tia podido contar con ese tiempo de ocio, aunque le hubiera gustado pasear sola por la ciudad y visitar museos. Y es que Marpessa se sabe una mujer profundamen te solitaria que disfruta observando y aprendiendo.

Holandesa de nacimiento, sus facciones y su piel delatan su origen latino: su abuelo era de Surinam. Dice que su profesión que sabe será corta, le ha enseflado a no fiarse de nadie y le ha aumentado su ya natural insegu, ridad: "Te pagan muy bien, pero son capaces de destruirte- a tus espaldas, y a ello hay que añadir que saber que muchas veces están contigo por ser una modelo famosa produce una gran inse guridad".

Contra esto, Marpessa ha generado unas especiales defensas y se protege constantemente de su propio entorno: "De observada me convierto en observadora, y trato de aprender todo lo que puedo". Entre sus aficiones destaca su interés por la antropología y por la medicina natural.

Marpessa está profundamente agradecida a la firma Chanel, que la lanzó, "pero dejándome ser como yo quería".

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