Robert Menard

Nació en Montpellier (Francia), tiene 35 años y desde hace 10 "milita como periodista" en la misma ciudad. Una tarde, a mediados de 1985, teniendo como invitado del programa radiofónico El teléfono suena, que él ha convertido en uno de los más populares de Radio France, al presidente de Médicos sin Fronteras en Francia, nace la idea de Periodistas sin Fronteras como " una organización destinada a sensibilizar a la opinión pública sobre los ataques diarios a la libertad de expresión".

La sección de economía de un diario local fue su primer destino. Pero su preocupación por la libertad informativa le lleva a embarcarse en un proyecto de radios libres del que sale mal parado. Es procesado y condenado por violación de la legislación francesa relativa al reparto de frecuencias. En 1983 se incorpora a Radio France. Menard se define corno "periodista militante". "Nuestra obligación como informadores es dar a la luz pública los continuos conflictos que padece la humanidad", afirma con rotundidad. Asegura que los medios de comunicación "olvidan sistemáticamente" los problemas que afectan a los sectores más indigentes de la población mundial. "En Montpellier nadie habla de los gitanos y sin embargo es un problema en plena expansión", asevera.Periodistas sin Fronteras empezó a funcionar en Francia a finales de 1985 gracias al espaldarazo definitivo del presidente de la República Francesa, François Mitterrand, que ya había declarado como testigo moral a favor de Menard en el proceso seguido contra él por violación de la ley de las ondas pocos meses antes de acceder a la presidencia, y también a la aportación económica de instituciones públicas y privadas. "La tarea de convencer a las instituciones para que colaboraran en el mecenazgo de Periodistas sin Fronteras fue la parte más ardua de la operación", explica Menard.

Una vez conseguido el dinero, los primeros misioneros de la organización fueron los reporteros franceses Jacques Durand y A. Hampartzoumian. Su objetivo: Uganda. El resultado: un reportaje publicado por el rotativo Libération denunciando la miseria en la que está inmerso el pueblo ugandés. Desde entonces, la fundación ha llevado a término una treintena de misiones, la mayor parte de ellas en países del Tercer Mundo. El comité de honor de la fundación cuenta con periodistas prestigiosos como el fundador de Le Monde, Hubert Beuve-Mery o Günter Wallraff.

Menard considera que las instituciones internacionales "hacen muy poco para solucionar el desequilibrio informativo existente entre los países desarrollados y los subdesarrollados". Es además presidente de la entidad L'Observatoire de l'Information, dedicada, según su propias palabras, "a denunciar los ataques continuos que sufre la libertad de expresión".

El periodista cifra en 39 los reporteros asesinados el pasado año, 32 en 1987 y 16 en 1986. El balance de los últimos 15 años es, de acuerdo con sus valoraciones, de 350 informadores fallecidos violentamente. A la vista de estos datos, Menard mantiene que "hay que saber qué es lo que pasa, investigarlo, explicarlo y solicitar a los medios de comunicación de los países libres que se hagan eco de ello".