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Ren Wanding

Nuevos aires primaverales en Pekín

Ha decidido retomar la palabra. Fundador en la República Popular China de una liga de derechos. humanos en 1978, Ren Wanding pasé cuatro años en prisión tras el aplastamiento en 1979 del llamado muro de la democracia, los muros donde la oposición pegaba carteles o dazibaos criticando distintos aspectos del régimen. Tras 10 años de silencio, Ren Wanding, de 44 años, ha salido a la calle a repartir samizdats en los que continúa la reflexión sobre la sociedad china iniciada durante la breve primavera de Pekín, que marcó la transición entre la muerte de Mao Zedong y el ascenso de Deng Xiaoping.

La oposición china, por muy desarticulada que se halle, está tomando por primera vez visos de seriedad. Los debates sobre democracia, derechos humanos y separación de poderes alcanzan a sectores cada vez más amplios de la población jóvenes, obreros, nuevos administradores de empresas, científicos, artistas), colocados frente a un poder que todavía no ha decidido qué hacer. Es en este contexto que varios purgados, víctimas o prisioneros de campañas políticas de las últimas tres décadas, han decidido retomar la palara. Ren Wanding es uno de ellos.Wanding dice que "muchas de las cosas planteadas en el muro de la democracia y que parecían aberrantes entonces ya han sido cumplidas, como el desmantelamiento de las comunas populares". Otras consignas, en cambio, siguen vigentes. "Abogamos por una.revisión de la Constitución", afirma, "nuestra Carta Magna no protege la iniciativa ni promueve la acción, pues se limita a señalar lo que está permitido, y la ausencia de reglas es interpretada como una prohibición. Más valdría que aclarase lo que no se puede hacer para estar seguros de que el resto no es anticonstitucional".

Ex guardia rojo como muchos de su generación, Ren Wanding, de 44 años de edad, aspiró hasta 1979 a ingresar en el partido comunista. "Ahora ya no lo deseo, aunque sigo siendo marxista y utilizando la dialéctica para la reflexión. Hay que decir que en China hay dos marxismos: uno es el oficial, el otro es de cuño popular y propone el poder del pueblo y alienta la independencia del pensamiento".

Ren explica su decisión de volver a mostrarse públicamente por la necesidad de hacer un balance de lo ocurrido hace 10 años y de obtener por parte del poder posiciones claras frente a aquellos acontecimientos. "Al principio, el partido comunista nos apoyó, y luego nos reprimió. Tan sólo en Pekín hubo entonces unos 100 arrestados, algunos de los cuales siguen en la cárcel", dice Ren, quien pasó parte de su condena en la misma celda que Wei Jingsheng, el principal líder del muro de la democracia, condenado a 15 años.

Los 10 años de reforma y apertura que lleva China han sido puntuados por sordas batallas entre reformistas y conservadores, y a cada avance de los primeros los segundos han sabido responder con campañas contra la contaminación espiritual o el liberalismo burgués. Ren Wanding no excluye que movimientos así puedan volver a producirse. "Pero por el momento estamos en una situación en la que el poder no tiene por qué temernos. Nosotros, por lo demás, tampoco le tenemos miedo", dice.

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