Un multimillonario en busca de la felicidad
Bjorn Borg, de 32 años, ha llevado con dignidad su doble personalidad. Ha sido mister Jekyll en la pista, y doctor Hyde en su vida privada. En los años setenta era conocido como Iceborg, por la tremenda frialdad que le permitía jugar una final de cinco sets en Wimbledon ante McEnroe sin permitirse más signo de emoción que arrodillarse al final de la batalla.La carrera tenística de Borg fue impresionante. Ganó en Wimbledon desde 1976 a 1980 -donde demostró que para ganar en la hierba no hace falta limitarse al juego de saque y volea-, en Roland Garros en 1974 y 1975, y desde 1978 a 1981, y en la Copa Davis, la primera de su país, en 1975. Su asignatura pendiente estuvo en el Open de Estados Unidos, donde, pese a llegar a cuatro finales, nunca logró el triunfo. Borg, además, fue la espoleta que hizo estallar el boom del tenis sueco en los últimos años, con Mats Wilander y Stefan Edberg como hijos más dotados.
La carrera tenística de Borg tuvo un final inesperado. A los 25 años, todavía en su plenitud física, anunció su retirada tras perder ante McEnroe en las finales de Wimbledon y Flushing Meadow en 1981. Dejó las pistas ante la incredulidad de todos: jugadores, aficionados y agentes. Estaba harto, dijo, de la tensión del tenis. El hombre que jamás discutía una bola, que nunca mostraba sus emociones, estaba dispuesto a romper con todo para divertirse, para disfrutar de la vida. Y había ganado más de 10 millones de dólares (más de 1.150 millones de pesetas) para patearse.
Y entonces surgió el doctor Jekyll. Toda la tranquilidad que Borg irradiaba en las pistas de tenis (donde su legendaria cinta controlaba su único gesto de rebeldía, su larga melena), se convirtió en descontrol en su vida privada. Borg era multimillonario en dólares, pero eso no le servía para ser feliz.
Bjom se casó en 1980 con Mariana Simionescu, quizás la mujer que más ha exteriorizado su sufrimiento en la tribuna de invitados de Wimbledon. Con ella se trasladó a vivir a Montecarlo, para huir de la presión fiscal de su país. Pero el matrimonio se rompió, según explicaron las revistas del corazón porque Mariana no podía darle el hijo que Bjorn deseaba.
Borg, convertido en un eficaz ejecutivo de una marca de ropa bautizada con su nombre, se unió en 1985, tras divorciarse de Mariana, a Jannike Bjorling, una modelo de 17 años de edad. Con Jannike tuvo un hijo, Robin, pero eso no fue suficiente para mantener una relación que acabó en 1988.
Bjor comenzó entonces, en Ibiza, un apasionado romance con Loredana Berté, de 38 años, una explosiva cantante italiana de música pop. Con ella quiere casarse este mismo mes, en su tercer intento por encontrar una estabilidad personal que parecía para él muy fácil de conseguir cuando golpeaba la bola con su extraordinario revés a dos manos.
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