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Entrevista:

0driozola:"No voy a hispotecar el atletismo espanol por los Juegos de Barcelona"

El presidente de la federación ve 1992 como una plataforma, no como una meta

José María Odriozola, de 49 años, natural de Pontevedra y afincado en Madrid tras vivir en Vitoria y Cambridge (Massachusetts, EE UU), doctor en Ciencias Biológicas, es el nuevo presidente de la Federación Española de Atletismo. Un resumen de sus teorías, que va a poner en práctica, es el siguiente: "No estoy dispuesto a hipotecar el atletismo español sólo por los Juegos de Barcelona. Hay demasiada obsesión hacia 1992, y eso es malo. Parece que se acaba el mundo después, y después de 1992 hay que seguir viviendo y hay que seguir haciendo atletismo".

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Pregunta. ¿Es consciente de que se ha hecho cargo de una federación a la que se va a mirar con lupa ante la expectativa de Barcelona 92?Respuesta. Hay expectativas creadas porque el atletismo es el primer deporte olímpico y porque hasta ahora se ha respondido bastante bien para donde está el nivel del deporte español. Vamos a procurar, evidentemente, quedar lo mejor posible en Barcelona. Pero yo insisto, una y mil veces, que no estoy dispuesto a hipotecar todo el atletismo español sólo por los Juegos de Barcelona. Lo que voy a hacer es aprovechar el hecho de que los celebremos en España para que el atletismo español se consolide, se sedimente, se haga más serio y más internacional.

P. ¿Y esto cómo se consigue?

R. La parte importante es preparar atletas para que haya muchos finalistas en Barcelona. Si hay muchos finalistas, probablemente, por estadística, va a haber alguna medalla. El cuarto y quinto puesto de Marín en Seúl es mejor que una sola medalla en marcha. La Prensa tiene la obligación de educar un poco al españolito medio para que cuando lleguen los Juegos no empiece a contar sólo las medallas sino que cuente también si hay españoles que se están codeando con lo mejor del mundo. Lo importante no es que haya un genio que saque una medalla a cambio de que el resto no llegue a las finales. Hay demasiada medallitis en el deporte español, posiblemente porque hayamos tenido pocas y entonces parece que cada una que se consigue es un triunfo. Y yo diría que es casi un milagro.

Muchos finalistas

P. ¿Entonces su aportación para Barcelona no va a ser trabajar para conseguir medallas?

R. Yo voy a poner el máximo esfuerzo para que tengamos inu chos finalistas y que detrás de ellos haya muchos más en 1996 o en el 2000. Hay que aprovechar el dinero que va a haber, la concienciación de la sociedad española hacia el deporte, para que el atletismo, que es un deporte de utilidad pública, se consolide. Que haya muchos más practicantes de atletismo, que de esa gran masa va a salir más elite. Pero no considero que Barcelona 92 sea el fin de los cuatro años para los que me han elegido. Lo digo así de claro. Creo que hay demasiada obsesión hacia 1992 a todos los niveles en este país, y eso es malo. Parece que se acaba el mundo después, y después de 1992 hay que seguir viviendo y hay que seguir haciendo atletismo.

P. ¿Cómo se logra esa masificación que ansía?

R. Eso pasa por mantener muchos más juniors y promesas de los que hasta ahora se han mantenido. Es decir, no sólamente ayudar a los que han llegado, sino, sobre todo, a esos que están en vías de ello. A toda esta gente de 18 a 24 años es a la que hay que ayudar a tope, para que en vez de que se quede por el camino un 10% de los juniors, pues que llegue el 50%. Entonces tendremos mucha más masa de atletas de calidad internacional.

P. Usted siempre tan proteccionista del atleta.

R. Sí, claro, el atleta es el protagonista, evidentemente. Nosotros sornos una organización que estamos al servicio del atletismo y el atletismo son los atletas. Después tarribién hay una serie de estanientos que hay que cuidar. Los clubes, por ejemplo, y los entrenadores, con los que tenemos que volcarnos porque van a crear núcleos donde los atletas no tendrán necesidad de salir de su entorno natural. A los jueces también hay que ayudarles porque ellos también tierien de quedar bien. En Seúl eran demasiado cuadriculados. Aquí tienen que ser disciplinados, pero con la suficiente personalidad para tomar una decisión. Y luego también hay que preocuparse por la infraestructura, porque se habla de que hay muchas pistas, pero luego no las podemos utilizar. En unos casos porque piden dinero por usarlas en otros porque están hechas una porquería, en otros ni siquiera podemos entrar porque son priva das, o no tienen salas de musculación, o gimnasios, o les faltan las vallas o el saltómetro...

Abascal y González

P. También llegan luego atletas que no quieren competir por sus compromisos particulares.

R. Sí, González y Abascal son un poco punto y aparte. Nosotros les pagamos en función de las competiciones que nos interesa que asistan. Quien quiera hacer lo que le dé la gana que firme el mismo contrato de Abascal y González. Lo que no puede hacer es estar sólo a las maduras y no dar nada a cambio. Los atletas se tienen que dar cuenta de que si tienen unas becas, que son más bien un salario, establecen una relación profesional con la federación. Ellos tienen su club, que a lo mejor les paga mucho dinero, tienen sus carreras, a las que también pueden sacar bastante, pero si la federación también les da un dinero significativo, tienen que dar prestaciones. Yo eso lo tengo muy claro.

P. ¿Y con los lanzamientos qué va a hacer? Eso no hay quien los saque adelante.

R.No es que falten en España anatomías idóneas porque hay gente muy alta, muy fuerte, lo malo es que se las llevan para el balonmano y el baloncesto, porque ahí es más fácil ganar dinero y destacar rápidamente. Quizá se aburren antes de tiempo o ni siquiera se lo plantean. Habrá que intentar encontrar vocaciones.

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