Felipe González pide a UGT que se aparte del proyecto comunista
El secretario general del PSOE, Felipe González, pretende que UGT se desmarque "del proyecto político del PCE", persuadido como está, al igual que la mayoría de los miembros de la dirección del partido, de que el sindicato socialista está haciendo "una política seguidista" con respecto a CC OO y a los comunistas en general. Esta tesis es rechazada por UGT, que lamentó que en el comité federal del PSOE que ayer concluyó no se hubiera dado a conocer una carta remitida por Nicolás Redondo el día 10 a González en la que se negaba cualquier intención de "desestitbilizar" a ningún partido.
El comité federal del PSOE terminó con una larga resolución en la que se pide al sindicato que se pronuncie sobre la conveniencia o no de mantener la tradicional presencia de los sindicalistas socialistas en él. Según el PSOE, si UGT quiere que esa situación se mantenga se deben levantar los expedientes disciplinarios abiertos a los ugetistas que se opusieron a la huelga general. El secretario de organización de UGT, Antón Saracíbar, rechazó ayer "el chantaje de levantar los expedientes a cambio de que el PSOE mantenga la doble militancia". "Eso está en los estatutos del PSOE, no en los de UGT, por lo que es un problema que ellos deben resolver".Aunque en el comité federal se produjeron algunas reacciones extremadamente duras contra UGT, la inmensa mayoría se manifestó a favor de que el partido y el Gobierno intenten al máximo restablecer la concertación social y reanudar las relaciones con el sindicato. No obstante, el secretario de organización, Txiki Benegas, reconoció que se ha abierto una crisis entre el PSOE y la UGT "que pone en cuestión el modelo centenario de organización de los socialistas y la naturaleza de la relación entre ambas organizaciones". "Ello obliga al PSOE a iniciar una profunda reflexión sobre estos problemas" añadió.
El dirigente vizcaíno Ricardo García Damborenea tuvo un duro enfrentamiento con el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra. Para Guerra, el problema está en que Nicolás Redondo quiere ser secretario general del PSOE "desde Suresnes". Tanto García Damborenea como Joaquín Leguina y miembros de Izquierda Socialista rechazaron esa explicación como respuesta a los problemas que se viven con el sindicato y a los motivos que llevaron a la huelga general del 14 de diciembre. El dirigente vizcaíno reprochó a la dirección de su partido "el ramalazo autoritario" y dijo no querer sentirse "como un panameño escuchando a Torrijos".
La dirección del PSOE se reafirma en la política económica seguida aunque muestra su disposición a "algunas modulaciones". Esta expresión la lanzó el diputado Ramón Vargas Machuca y fue inmediatamente adoptada.
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