Mar rojo
El mar, señor José María Benegas, no es ya la inmensa extensión azul con que nos recreábamos, no lo surcan delfines suavísimos ni ballenas cinematográficas. ¡Ay, señor Benegas, que el mar se nos vuelve rojo! ¿Qué extraños monstruos poblarán estos días los territorios sagrados donde una vez habitaron, callados, nuestros servidores?-
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