Destituidas las ejecutivas de UGT de Sevilla y Jaén por no apoyar el paro del día 14

ejecutiva de UGT de Sevilla fue cesada ayer de forma fulminante después de que, durante una reunión mantenida a lo largo de la noche del viernes, el comité provincial acordara, por 20 votos contra 10, descolgarse de la convocatoria de paro general convocada por la central socialista y por CC OO para el próximo día 14. El cese de la ejecutiva sevillana fue anunciado tras las reuniones que celebraron durante el día de ayer las ejecutivas confederal y regional de la UGT. Una decisión similar se ha adoptado contra la ejecutiva provincial de Jaén, que ayer adoptó también una postura contraria al paro.

La medida adoptada ayer supone la suspensión de los cargos de representación sindical, pero no de la militancia.El pronunciamiento de UGT de Sevilla, previsible tras la postura adoptada por las organizaciones sectoriales de Químicas y de Trabajadores de la Tierra, se adoptó en una reunión ordinaria del comité provincial convocada para analizar la gestión de la ejecutiva. La UGT de Sevilla está presidida por Antonio Cuevas, que ha protagonizado diversos enfrentamientos con el secretario regional, Cándido Méndez. Cuevas emitió un voto negativo en el comité confederal que aprobó la convocatoria de paro general. Tanto Cuevas como el secretario provincial de Jaén, Tomás Cabrera, han sido acusados reiteradamente por miembros de la dirección regional del sindicato de supeditar sus actuaciones a los intereses del PSOE.

La decisión de destituir a las direcciones provinciales de Sevilla y Jaén fue adoptada por la ejecutiva regional del sindicato socialista tras solicitar la conformidad de la ejecutiva confederal que se encontraba ayer reunida para analizar la situación creada.

Aunque la ejecutiva provincial de Sevilla -excepto dos de sus miembros- votó el viernes a favor de no secundar el paro, ocho federaciones sectoriales -entre ellas las de Hostelería, Banca y Enseñanza- desautorizaron expresamente el pronunciamiento del comité provincial, al que calificaron de "antiestatuario y contrario a las resoluciones confederales".

Situación límite

El comité de Sevilla, por su parte, considera, según una nota hecha pública ayer, que "de las movilizaciones sectoriales que se habían acordado se ha pasado a un paro general, acordado con CC OO, que en la práctica supone la huelga general y que, tras los últimos acontecimientos del día 1 en Madrid, pueden derivar en algo de mayores proporciones". "Estamos", añade, "en presencia de una situación límite y desproporcionada a los fines que desde una perspectiva sindical deberían de perseguirse, con el agravante de no haber sido ampliamente debatido en la base de la organización".

Las ejecutivas de Sevilla y Jaén han sido durante los últimos meses los principales focos de oposición en Andalucía a la política seguida por Nicolás Redondo al frente de la central socialista. Los dos secretarios provinciales, Antonio Cuevas y Tomás Cabrera, respectivamente, ocupan simultáneamente puestos de representación política. Cuevas es diputado socialista por Sevilla en el Congreso de los Diputados y Cabrera ocupa un escaño por la provincia de Jaén en el Parlamento de Andalucía.

Antonio Cuevas, que negó que la decisión del comité provincial haya venido impuesta por presiones del PSOE, criticó la postura mantenida por la ejecutiva confederal del sindicato de "negarse a negociar". Tomás Cabrera, por su parte, manifestó ayer en Jaén que se había alcanzado una situación con las "connotaciones históricas que comporta una huelga general". Cabrera denunció "imposiciones y presiones" por parte del comité confederal ugetista para secundar el paro, "mientras que no se han denunciado las injerencias de partidos políticos, sobre todo de Izquierda Unida".

Cándido Méndez, secretario general de Andalucía aseguró ayer, fue la mayoría de los ugetistas de la región, incluidos los de Jaén y Sevilla, están a favor del paro del día 14. Méndez afirmó, tras una reunión de la ejecutiva regional, que las posturas adoptadas en Sevilla y Jaén responden a "intentos baldíos de desestabilizar UGT por parte de dirigentes del PSOE y de algunos miembros del Gobierno".