El papel gana la partida
El castigo que sufrieron ayer los mercados de valores sólo es comprensible sumando varios de los factores que intervienen en la formación de los precios, pero poniendo por delante el temor de los inversores a una situación susceptible de empeorar.El sistema financiero está sufriendo una serie de tensiones que, cada una por sí misma, son capaces de obligar a reflexionar a los inversores, pero en esta ocasión hay que insistir en la supremacía del elemento político, es decir, en el pulso que mantienen Gobierno y sindicatos y cuyo posible desenlace se está traduciendo en una apresurada salida de papel.
La baja del jueves de Wall Street ya hacía presagiar una apertura difícil en la que una serie de valores podían salir perjudicados, pero ya desde el principio de la sesión se advirtieron unos puntos de venta concretos que aumentaron la preocupación de la concurrencia. El papel procedente del extranjero fue como la señal de partida para el sálvese quien pueda que se dio en esta sesión de cierre y que ofreció el espectáculo de órdenes de venta por lo mejor y de un dinero que ni en esas condiciones ponía mucho interés en estar en los corros.
Los valores bancarios tampoco ofrecieron soluciones, pese a resistir como pudieron el empuje del papel que aparecía en la caja. Las posiciones al cierre eran netamente vendedoras, aunque unos cuantos valores termina ron bastante equilibrados hasta que la presión del papel terminó también con esas posibilidades. Las únicas expectativas se centraban en el punto en el que el índice general pueda terminar esta caída, lo que supone una apuesta por la inactividad.
