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George Bush asegura que no favorece la caída del dólar

Francisco G. Basterra

George Bush, asustado por la negativa reacción de los mercados a su elección, trató de calmarlos asegurando, a través de su equipo, que no favorece una caída libre del dólar. Nicholas Brady, su íntimo amigo, que será confirmado esta semana como secretario del Tesoro, declaró ayer que la administración "continúa comprometida a la estabilidad en los mercados de cambios".Los persistentes rumores de que EEUU apoya la progresiva caída del dólar y las dudas de que el nuevo presidente sea capaz de enfrentar el doble déficit norteamericano presupuestario y comercial, han provocado un desplome del dólar y de la Bolsa de Nueva York, que ha perdido 60 puntos desde la elección de Bush que, sin embargo, era el favorito del mundo económico. Brady desmintió ayer los rumores de que Washington ve con buenos ojos la depreciación del dólar y que no hará nada por detenerla.

El secretario del Tesoro mantendrá su puesto y se convertirá en uno de los principales consejeros de Bush. Brady subrayó que la clave para la estabilidad es el "proceso de coordinación de políticas económicas del Grupo de los Siete, incluyendo la cooperación en los mercados de cambios". Un comentario de Martin Feldstein, asesor económico de Bush en la campaña, en el sentido de que debe permitirse una devaluación del 20% del dólar, ha sido desautorizado por el equipo de Bush.

"Buscar la depreciación del dólar no es la política de esta administracíon ni va a serlo de la próxima", declaró Craig Fuller, jefe del gabinete de Bush. Añadió que la economía va a ser la "primera prioridad" del nuevo presidente que dará a conocer a partir de hoy la composición de su equipo económico. Junto con Brady en el Tesoro, se espera la designación de Richard Darman, un aliado del poderoso Baker, ya designado secretario de Estado, como director de la crucial Oficina del Presupuesto, y del profesor de Economía de Stanford, Michael Boskin como presidente del Consejo de Asesores Económicos.

Nuevo suelo

La declaración de Brady sugiere que los siete intervendrán en los mercados comprando si el dólar desciende por debajo de un tipo de cambio, no hecho público, pero que se cree está en la frontera de los 120 yens, con 140 como techo de subida, y 1,60/1,90 marcos.Las cifras del déficit comercial del mes de septiembre serán dadas a conocer mañana y, a pesar de los intentos de calmar los mercados, el dólar puede volver a caer si son más negativas de lo previsto, obligando quizás al Grupo de los Siete a apoyar al dólar a niveles más bajos.

"Nuestra política sobre el dólar es la misma ahora que hace un año. Continuaremos defendiendo los niveles que hemos defendido", aseguró una fuente de la administración.

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