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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Puntualizaciones sobre Primo de Rivera

Respecto al artículo metafórico sobre Herri Batasuna que don Gregorio San Juan publica con el título de Autores, cómplices, encubridores (EL PAÍS, 27 de octubre), me tengo que limitar a la puntualización de la frase tomada del testamento de José Antonio Primo de Rivera: "Que esa sangre vertida (no "esta", como transcribe erróneamente el señor San Juan) me perdone la parte que he tenido en provocarla".Un mínimo rigor histórico confirma que, contrariamente al equívoco fomentado por el articulista, Primo de Rivera, según el texto concordante y completo, se refiere a la sangre de sus camaradas:

"Si la Falange se consolida en cosa duradera espero que todos perciban el dolor de que se haya vertido tanta sangre por no habérsenos abierto una brecha de serena atención entre la saña de un lado y la antipatía de otro. Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos".

Falangistas inmolados hasta julio de 1936 fueron: José Ruiz de la Hermosa, Tomás Polo, Juan Jara, Francisco Sampol, Matías Montero, Ángel Montesinos, Jesús Hernández, Juan Cuéllar, José Hurtado, Manuel Carrión, José Montes, Álvaro Germán, Eleuterio López, Francisco Díaz, Jesús Saiz, José García Vara, Manuel García, Juan Pérez Almeida, Miguel Soriano, Eduardo Rivas, Jerónimo Pérez de la Rosa, José Alcázar Torrero, Luis Collazo, José Rodríguez Santana, José Díaz García, José Molina, Antonio Díaz Molina, José Urra Goñi, Ramón Faisán, Pascual López Gil, Rafael Panadero.

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Sus nombres se escribieron, primero, en el telón de fondo del mitin del cine Madrid (mayo de 1935) y, posteriormente, en los números coetáneos de Arriba y No Importa. Sobre todos ellos se extiende la invocación testamentaria de José Antonio Primo de Rivera: "¡Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles!".-

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