'Filobonos'
Filo intentó colocar, previo pacto, una emisión de convertibles al Colegio de Agentes de Barcelona. Sin resultado. No hubo tomadores, ni demasiada confianza en los filobonos. En pocos meses, esta sociedad ha dejado de ser una gestora bífida de valores inmobiliario-mobiliarios para convertirse en una pequeña hidra de 1.000 cabezas. Se sumerge y emerge con facilidad pasmosa. Toma paquetes en el mercado, los oferta y hasta a veces, como por arte de birlibirloque, coloca gestores en los consejos de administración. Sus ejecutivos mantienen ahora una pugna para obtener un puesto en el Consejo de Tabacos de Filipinas, esgrimiendo un jugoso paquete. Pero la empresa, que todavía preside Manuel Meler, se resiste. De momento, la Flor de la Isabela no cambia de vitola.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.