El COI no acepta la decisión de la FIFA sobre el fútbol olímpico

El 46º Congreso de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), el 1 de julio de este año, limitó la participación en los Juegos Olímpicos a los jugadores menores de 23 años. El Comité Olímpico Internacional (COI) no lo acepta. Sólo habrá acuerdo si la comisión ejecutiva de la FIFA, en diciembre, acepta mantener para Barcelona 92 la misma fórmula que ha regido en Seúl: podrán ser olímpicos todos los futbolistas que no hayan jugado algún Mundial.

"El COI no está interesado en un torneo juvenil. Vale más no tener torneo de fútbol que medio torneo". Estas palabras las pronunció el alemán occidental Willi Daume, presidente de la comisión de elegibilidad del COI tres días antes del comienzo de los Juegos de Seúl. Fue uno de los asuntos que se trataron en la última sesión del máximo organismo olímpico celebrada en la capital surcoreana. La vieja guerra por el protagonismo en el fútbol pareció abrirse nuevamente. La FIFA no quiere que le hagan sombra a su Copa del Mundo y el COI tampoco está interesado en un torneo de escaso nivel.Sin embargo, el máximo organismo olímpico se conformaría con mantener el torneo como en Seúl, es decir, abierto a todos los jugadores, sin límite de edad, que no hayan intervenido en algún Mundial. "La importancia del fútbol en los Juegos Olímpicos es relativa, porque no le interesa a las televisiones norteamericanas", opina un alto portavoz del COI.

La entrada de todos los profesionales en los Juegos Olímpicos no es ya un problema del COI, que incluso no tiene ya en su Carta Olímpica esa palabra. Se lo ha traspasado a las respectivas federaciones internacionales, que deciden los participantes. En el caso del fútbol, el primer paso fue salvar la injusticia de que los equipos del Este pudieran ser olímpicos con su profesionalismo encubierto, mientras en Occidente la diferencia con el amateurismo estaba claramente marcada.

La solución, para igualar las fuerzas, lo que favorecía, de paso, a los países del Tercer Mundo, fue prohibir la participación de la elite, es decir a los profesionales más claros, los que hubiesen jugado alguna Copa del Mundo. Esta fórmula híbrida es la que quiere mantener el COI, pues sigue en su línea de apertura profesional.

También se planteó con el tenis, debutante en Seúl, un torneo para jóvenes, pero como no tendría garra lo acabó abriendo a todos los jugadores. Para ello, la Federación Internacional de Tenis se mostró receptiva. En el fútbol sucede algo parecido, pero la FIFA tiene el miedo de la apertura total. Y un torneo juvenil le sabe a poco al COI. Los intereses de ambos pasan por una solución intermedia.