Miedo en el barrio en el que vivía el presunto traficante de drogas asesinado
El asesinato de Ramón Bañuelos Echebarría, el supuesto traficante de drogas muerto por la explosión de una bomba el viernes en Bilbao, ha llevado el miedo a los vecinos del barrio bilbaíno de Txurdínaga y a los familiares y amigos de la víctima. Algunos vecinos que denunciaron públicamente la supuesta implicación de Ramón Bañuelos en el tráfico de drogas no ocultaban ayer su temor a las posibles represalias del clan al que pertenecía el fallecido.El funeral por Bañuelos, asesinado presumiblemente por ETA, se celebró ayer a las 19 horas en la iglesia del barrio de Otxarkoaga, mientras cientos de personas, congregadas por las distintas asociaciones pacifistas de Euskadi, denunciaban el asesinato manifestándose en silencio en diferentes puntos del País Vasco. Al funeral asistieron el gobernador civil de Vizcaya, Daniel Vega y el secretario general de los socialistas vizcaínos, Ricardo García Damborenea.
Ramón Bañuelos, de 33 años, padre de cuatro hijos y miembro de una familia muy numerosa, estaba considerado por la policía como traficante y delincuente habitual.
Según fuentes policiales, la víctima había abandonado recientemente la cárcel de Basauri tras permanecer varios meses en situación de preso preventivo y tenía pendiente un juicio por un supuesto delito de tráfico de drogas. En abril del pasado año fué detenido con 420 gramos de heroína y una pistola y en enero de este mismo año volvió a ser sorprendido en Bilbao con una pequeña cantidad de cocaína.
El nombre de Ramón Bañuelos figura en una lista de supuestos traficantes que el comité contra la droga del barrio de Txurdínaga facilitó tiempo atrás a la policía.
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