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El Barcelona resolvió en la primera parte

El Barcelona sigue invicto en la Liga y sus jugadores no necesitan ni siquiera que su entrenador, Johan Cruyff, se siente en el banquillo. Juegan casi con los ojos cerrados, como quedó demostrado anoche en el vetusto estadio de Atocha, donde la Real Sociedad todavía no conocía la derrota desde que se inicio el campeonato.Los jugadores azulgranas liquidaron el encuentro en 15 minutos. Y eso en las vísperas no tenían la absoluta seguridad en la victoria, hasta el punto de que casi persiguieron a una pareja de novios que se alojaba en su mismo hotel con el fin de poder tocar el vestido nupcial de la novia y conseguir con ello una dosis de buena suerte.

El Barça no necesitó de la fortuna para vencer a la Real Sociedad. Con un fútbol, rápido y al primer toque, atontó pro completo al equipo donostiarra nada más iniciarse el partido. A los ocho minutos consiguió el gol de la victoria, en una jugada de contraataque que pilló a contrapié a toda la defensa de la Real. Beguristain y Roberto se encargaron de elaborarla y Julio Salinas de ejecutarla, quizá para desesperación de José María Maguregui, ex técnico del Atlético de Madrid, que hace justamente una semana aseguró que era "una ruina".

Tras ese gol tempranero, si amenazó ruina la casa de la Real Sociedad. Sacudida en sus cimientos, daba la impresión de ser incapaz de aguantar el tornado azulgrana. Pero Carrasco, Beguiristain y Bakero no supieron rematar la faena, por lo que se llegó al descanso con un resultado incierto que no reflejaba lo acontencido sobre el campo.

Y es que durante los primeros 45 minutos el Barça fue una máquina de hacer fútbol. Todas sus piezas parecían bien encajadas e incluso su defensa, la parte más vulnerable por lo arriesgado de su sistema de juego, funcionó a la perfección.

En la reanudación, Toshack no lo dudó un instante y se jugó la carta de Loinaz a quien por San Sebastián le llaman Hércules por su corpulencia. Pero para ganar anoche al Barcelona hacía falta algo más que corpulencia. Los donostiarras se dieron cuenta de esa cruda realidad e intentaron imitar a su rival, jugando al contraataque y raseando el balón; pero se estrellaron, una y otra vez, en la buena defensa azulgrana, que sólo pasó momentos de apuro cuando Loinaz se plantó ante Zubizarreta o bien cuando Goicoechea lanzó una falta que casi sorprende al meta azulgrana.

La Real lo intentó y se quedó a las puertas del empate, pero el triunfo azulgrana fue merecido. El juego del Barça gustó a la parroquia de Atocha, que se quedó asombrada con el buen hacer de un chaval llamado Milla, que sigue poniéndole las cosas muy difíciles a Cruyff y también al brasileño Aloisio, que ayer pudo contemplar por televisión a su nuevo equipo. Al final, tanto Toshack como Cruyff reconocieron que ambos equipos se repartieron el partido, aunque los puntos se fueron para Barcelona.

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