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No me escribas los jueves

La acumulación de correspondencia el fin de semana, principal causa de los retrasos en el reparto

No es recomendable escribir una inspirada carta de amor los jueves. Tal vez para cuando llegue los sentimientos no sean los mismos. Los martes, en cambio, día malo para casarse o embarcarse, resultan más adecuados para depositar un sobre en el correo. No se trata de una superstición, sino simplemente de que los sábados y domingos no funciona el servicio de reparto -hasta 1981 los carteros sí trabajaban los sábados-, y esta acumulación, que repercute en el resto de la semana, provoca que miles de cartas que viajan entre dos localidades españolas tarden hasta 14 días en llegar.

EL PAÍS observó el tiempo que tardaron en llegar a la sede madrileña del periódico las cartas al director recibidas el viernes 23 de septiembre, el lunes 26 y el martes 27. Las recibidas el viernes necesitaron uno, dos o tres días (ver cuadro), mientras que las otras necesitaron tres, cuatro, cinco o seis días para llegar.Desde las redacciones de EL PAÍS en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla se mandaron cartas a los corresponsales del periódico en varias provincias. Un primer envío fue realizado el viernes día 9 desde las cuatro ciudades. Posteriormente se hizo otro el miércoles 14 desde Valencia y Sevilla, y el lunes 19, desde Madrid y Barcelona. Todos los envíos se realizaron desde centrales de Correos, menos las cartas de Madrid del segundo envío, que fueron depositadas a la una de la tarde del día 19 en un buzón de la avenida de Aragón próximo a la sede del periódico. En este caso todas fueron repartidas con matasellos del día 20, lo que significó la pérdida de una fecha en llegar a su destinatario.

Una semana

La tardanza de las cartas queda reflejada en los cuadros publicados en esta página, de los que cabe resaltar el que una carta depositada en Madrid el lunes 19 llegara a su destinatario en Torrent, localidad situada a 10 kilómetros de Valencia, el lunes 26, es decir, una semana más tarde. Nuestra corresponsal en León, residente en Ponferrada, recibió el día 28 de septiembre las cartas enviadas desde Sevilla 14 días antes y de Barcelona 9 días antes. Una carta remitida desde Madrid el viernes 9 a un domicilio de la misma ciudad llegó el martes 13. Fueron recibidas un día antes, el lunes 12, las enviadas a Valladolid, Jerez, Sevilla y Camas (Sevilla). Al cierre de este reportaje, algunas cartas no habían sido recibidas todavía: las enviadas de Barcelona a Algeciras (día 9), de Sevilla a Palma (día 14), de Madrid a Palma (día 9), de Sevilla a Tenerife (día 14) y de Madrid a Tenerife (día 9).

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"Actualmente se entregan del 80% al 85% de los envíos postales en menos de 48 horas. Si elevamos el plazo a las 72 horas, llegamos a la cifra del 98%", dice Segundo Mesado, subdirector general de Comercialización, dependiente de la Dirección General de Correos y Telégrafos.

"Los sábados no se reparte ningun objeto de categoría normal, sólo los envíos urgentes, postal express y telegramas. Sí se trabaja, en cambio, en los departamentos de admisión, con un tercio de la plantilla", añade Mesado. El hecho de que no se reparta la correspondencia los sábados hace que lo no distribuido se acumule, y por eso los envíos sufren un retraso cuando se han puesto en el buzón un jueves o un viernes.

El reparto de los sábados de sapareció en 1981. "A las reivindicaciones sociales, que son las que están en la raíz de esa supresión de reparto de los sábados, se unió el hecho de que ese día de la semana los carteros no podían distribuir la correspondencia porque las empresas cierran y las casas en su mayoría están vacías", explica el subdirector de Comercialización de Correos. "Actualmente se estudia con carácter de urgencia las medidas a adoptar para reforzar el reparto de los lunes y evitar así ese retraso que se produce con los fines de semana", añade.

Segundo Mesado aclara que las comunicaciones dentro de Madrid son muy difíciles: "Esto hace que una carta de Aluche tarde a veces más en llegar al centro de reparto de Chamartín que la carta enviada desde Jaca, por ejemplo. Madrid es un caos circulatorio, y eso repercute en la recogida y distribución de cartas".

"El deterioro del servicio de Correos", explica Mesado, "se debe a causas congénitas, a plantillas no adecuadas a las necesidades. Nuestras estructuras siguen siendo prácticamente las mismas que hace muchos años. Sólo un 8% del servicio está mecanizado". La mecanización comenzó a implantarse en 1980. En 1982, los seis centros importantes -Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Valencia y Sevilla- ya estaban totalmente mecanizados. "Hace 25 años que no hay oposiciones para el cuerpo técnico (Cuerpo Superior Postal y de Telecomunicación)", añade. "Esta pobreza de savia generacional repercute indudablemente en la organización del trabajo. Este año es el primero que se convocan oposiciones después de 25 años. Evidentemente, a partir del momento en que entre gente joven habrá un concepto nuevo, un modo distinto de trabajar. Hay que tener en cuenta que actualmente la edad media del cuerpo técnico se cifra alrededor de 55 años".

2.800 millones de cartas

Correos, con una plantilla de 50.000 funcionarios, reparte en la actualidad 18 millones de objetos postales diarios, con un total de 4.500 millones al año, de los cuales 2.800 millones son cartas y tarjetas. Mientras de 1980 a 1986 el volumen de la correspondencia descendió debido a la aparición de correos paralelos, de 1986 a 1988 se produjo una fuerte recuperación del correo de grandes usuarios (bancos, etc.), cifrada en un 13% a un 15% anual. Hace 15 años, "el 80% de la correspondencia estaba constituido por envíos personales, ahora el 80% de los envíos son comerciales. Antes la correspondencia era esencialemente interurbana, ahora no", dice Mesado, tratando de explicar el profundo cambio que ha sufrido toda la estructura del sistema de Correos.

En 1984 se implantó el código postal en las capitales de provincia. En 1985, en todas las localidades, y en 1986 se publicó una segunda edición del nomenclátor corregida, que es la que ahora está en vigor. Actualmente, el 75% de los usuarios pone el código en sus envíos. Esta cifra se eleva al 98% en los envíos de Madrid y Barcelona. "La gente ha respondido muy bien a esta medida porque se ha dado cuenta de su utilidad. Una carta sin código postal sufre una serie de retrasos porque entra por rutas que no son las más rápidas", comenta el subdirector de Comercialización de Correos.

En el primer semestre de este año se realizaron 1.700 reclamaciones en toda España. La inspección pudo comprobar que sólo el 25% o el 30% era imputable a fallos de Correos (expolio, deterioro...).

Mesado asegura que en estos momentos no hay atasco en las oficinas de Correos. "Aquí no se quema el correo, como ha ocurrido en alguna ocasión en Italia porque se veían completamente incapacitados para repartir el atraso. Podemos asegurar que, en este momento, España está prácticamente limpia. El mes de agosto, con un flujo de correspondencia menor, nos ha servido para ponernos al día, y tratamos de mantenerlo. Es cierto que hay momentos puntuales de atasco, pero esas cartas son asumibles en los días siguientes al que se produce el atasco".

El problema surge cuando en centro postal recibe más objetos de los que puede mover. "Cuando el flujo de correspondencia es superior a la capacidad de trabajo que puede asumir un centro hay órdenes tajantes de que se contrate personal inmediatamente para tener la cartería al día. Para ello se han hecho las peticiones presupuestarias correspondientes", explica el subdirector de Comercialización, al tiempo que apunta el proceso lento de adaptación de la Administración al funcionamiento de tipo empresarial que ahora se le exige a Correos". Segundo Mesado enfatiza: "Correos no está peor que la sociedad en la que vivimos".

131 envíos

Esta información ha sido elaborada a partir de 131 envíos de cartas entre las Redacciones de EL PAÍS y distintas localidades espaflolas. El viernes 9 de septiembre se remitieron a los corresponsales desde las Redacciones de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. El miércoles 14 se realizó un segundo envío desde Valencia y Sevilla; y el lunes 19, desde Madrid y Barcelona. Para analizar la demora de la correspondencia dirigida a Madrid desde distintos puntos del país, se observó la tardanza de las cartas al director recibidas en la sede madrileña de EL PAÍS el viernes 23 de septiembre, el lunes 26 y el martes 27, en relación con los matasellos de los sobres.

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