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Entrevista:LUZ DE GAS

"Prefiero pasar miedo que vergüenza"

Hace ya veinticuatro años que tiene veinte años. Pero Joan Manuel Serrat parece no haber cambiado. Cuando uno piensa en él, lo primero que se le aparece es una inmensa sonrisa, tan suave como incansable. Una sonrisa que ahora intenta llevar a Chile para teñir de optimismo un no descomunal a la dictadura.P. ¿Por qué sonríe tanto?

R. Tengo motivos. He tenido la suerte de nacer en un ambiente cariñoso, tengo una familia francamente recomendable, he encontrado amigos cojonudos y tengo un tinglado de relaciones muy cojonudas.

P. Igual resulta que es esta sonrisa lo que Pinochet encuentra subversivo en usted.

R. Puede ser, porque me trata de una forma más dura que a otros compañeros, que con los mismos delitos de opinión pueden entrar en Chile. Creo que tengo algo que a Pinochet le debe cabrear mucho.

P. ¿Cuál es su lema a favor del no en el plebiscito?

R. Haré campaña sin eslogan. Si no puedo entrar en Chile mi eslogan será aportar esta contradicción de un gobierno que intenta maquillar de democracia una dictadura. Si puedo entrar llevaré al pueblo chileno toda la solidaridad de la gente.

P. Chile, ¿es una asignatura pendiente para los españoles?

R. Una de ellas. Como país salido de una dictadura estamos más sensibilizados. Esto es totalmente real. En las calles de Barcelona no recuerdo nada que provoque tanta solidaridad a nivel de calle desde el día en que la ciudad consiguió la designación para los Juegos Olímpicos.

P. Con este viaje a Chile, ¿vuelve usted a sus veinte años?

R. Pienso que una de las cosas buenas de mi oficio es que te permite ver el mundo y la vida en directo. Te hace mantener ilusiones y esperanzas más cercanas a la juventud y la adolescencia que a la madurez. Yo confío, como Jacques Brel, en llegar a la vejez sin pasar por la madurez.

P. Parece que con el plebiscito chileno buena parte de la izquierda española se reencuentra con su juventud.

R. Ultimamente se está fomentando el olvido de la memoria próxima y el plebiscito, efectivamente, nos ha rejuvenecido.

P. ¿Quién persigue este olvido?

R. Creo que se fomenta desde todos los espacios de poder. Unos, porque el pasado les deja retratados; otros, porque les dificulta la maniobra.

P. ¿Tiene pasta de mártir?

R. No. Tengo mucho miedo, por eso tiene mérito. Volviendo a mis maestros, pienso como Brassens: "Morir por las ideas, de acuerdo; pero de muerte lenta".

P. ¿Daría la vida por alguna causa?

P. Realmente no tengo interés en darla, pero la pongo ahí cuando hace falta. Prefiero pasar miedo que vergüenza.

P. Arespacochaga ha querido justificar sus declaraciones a favor de Pinochet afirmando que el escenario político propiciado por la mayoría absoluta del PSOE no es democrático.

R. Lo de Arespacochaga es injustificable. Sólo se justifica por su origen y está de acuerdo con su conciencia. Vi su cara cuando hacía las declaraciones y oí su acento, que recordaba al de Arias Navarro.

P. Julio Anguita dice que el PSOE ha dado en España un golpe de Estado incruento.

R. Anguita se ha caracterizado siempre por este tipo de declaraciones. Pero no me gusta calificar declaraciones de los demás porque a menudo no valoramos la importancia de que todo el mundo pueda decir cosas, incluso tonterías.

P. Cuando ve determinadas actuaciones relacionadas con los GAL o el caso Nani, ¿se siente incómodo recordando su apoyo a las campañas electorales socialistas?

R. Puedo dar mi apoyo a los socialistas y al mismo tiempo mostrar mi desacuerdo con el ingreso de España en la OTAN.

P. ¿Se ve en un mitin compartiendo escenario con Barrionuevo?.

R. No.

P. ¿Y con Narcís Serra?

R. Creo que tampoco. Yo acompaño con mucho gusto a Raimon Obiols.

P. Hubo un tiempo en que la progresía catalana renegaba de usted por cantar en castellano. Ahora corean sus canciones en las manifestaciones contra Pinochet. ¿Cómo lo ve?

P. Como Machado. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar...

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