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El 'etarra' muerto iba a rehacer el comando Donosti

Mikel Kastresana Razkin, Mikel e Iñaki, de 31 años, el activista liberado (con remuneración) de ETA Militar muerto el viernes por la noche en San Sebastián en un enfrentamiento con la policía, trataba de recomponer el comando Donosti, desarticulado hace un año según fuentes oficiales. Además de la joven María Begoña Uzkudun, también liberada, que acompañaba a la víctima, la policía detuvo en la misma noche del viernes a María Elena Fernández Fernández, Daniel Vidal Magallanes y Gema Arratibel Ondarra, supuestamente relacionados con la infraestructura de ETA.

Estos dos últimos detenidos están acusados de haber cobijado en su casa a la pareja de liberados de ETA. Según, el gobernador civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu, la acción policial ha frustrado el segundo intento de ETA, en. los últimos 12 meses de recomponer el comando Donosti. Un intento anterior fue desbaratado el 11 de julio de este año con la detención en San Sebastián de José Miguel Latasa, activista liberado del mismo comando.Goñl Tirapu subrayó que la organización terrorista encuentra muchas dificultades para reorganizar su infraestructura en Guipúzcoa y que el fallecido y su compañera de comando habían fracasado en su propósito de conseguir la colaboración activa de una serie de simpatizantes de ETA. Ajuicio del gobernador, el único local de infraestructura de que dispone actualmente ETA en Guipúzcoa es la casa en la que permaneció secuestrado el industrial José María Egañía.

La víctima, natural de Lasarte (Guipúzcoa), poseía, según la policía, un amplio historial delictivo, iniciado en 1980, que incluye tres asesinatos consumados, dos secuestros y una larga relación de colocación de bombas, atracos e intentos de atentados. En el momento de ser abatido portaba una pistola Browning 9 milímetros; y su compañera, otra arma de similares características y una gra nada de mano fabricada por la propia organización terrorista La pareja, que llevaba documentación falsa y un carné policial con su correspondiente placa, también falsificado, fue interceptada por los policías que les vigilaban cuando se disponían a penetrar en el bar Bidasoa, en la plaza de Guipúzcoa, uno de los puntos más céntricos de la ciudad.

El gobernador civil confirmó ayer que Mikel Kastresana hirió a uno de los inspectores que trataban de detenerle, antes de ser abatido por los disparos de los otros funcionarios de la Brigada de Información. El gobernador negó rotundamente que la víctima hubiera sido rematada, saliendo así al paso de la versión difundida por la ciudad a partir de los comentarios de una persona que se encontraba en el lugar de los hechos.

Según testigos consultados por este periódico, tras los disparos esta mujer se dirigió a los policías gritando: "Lo habéis rematado, lo habéis rematado". A modo de respuesta, y tras haber intentado acallar sus palabras poniéndole la mano en la boca, los agentes mostraron a la mujer la placa y el carné de policía falsificados que acababan de extraer del cuerpo del activista y le gritaron: "¡Mira lo que llevaba!, ¿qué crees que iba a hacer?". A continuación le ordenaron que les entregara su documentación y le indicaron que tendría que comparecer ante el juez para declarar. La mujer se negó, replicando que ella no tenía por qué ir a ningún sitio.

Otro testigo, un hombre de unos 35 o 40 años, que permaneció en las proximidades del lugar hasta 45 minutos más tarde del enfrentamiento y que parecía encontrarse bajo el impacto emocional del suceso, repetía a todas aquellas personas que solicitaban su testimonio -incluidos los periodistas- que no había visto nada. Sólo tras mucha insistencia admitió que había visto la detención de la liberada del comando, pero sin facilitar detalle alguno.

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Nadie se opone

Ayer al mediodía, en el bulevar donostiarra, dos jóvenes, uno de ellos con el rostro cubierto, se disponían a quemar un autobús cruzado en la calzada, sin que nadie de entre el numeroso público que circulaba por la zona, incluida una pareja de la Policía Municipal, tratara de inmiscuirse en esa acción.

Se sabe por los testimonios de varios testigos que antes de iniciarse los disparos los policías y el liberado de ETA estuvieron enzarzados algunos segundos. De acuerdo con la nota gubernativa, Mikel Kastresana reaccionó a la orden de alto de la policía sacando una pistola de su cintura y abriendo fuego contra uno de los inspectores que trataban de reducirle. El ,cadáver presenta cinco impactos de entrada de bala, uno de ellos bajo el pabellón auricular izquierdo, otro en el ojo izquierdo, y el resto, de trayectoria ladeada, en un costado y en el antebrazo derecho.

Los familiares del activista anunciaron ayer que promoverán acciones judiciales para esclarecer esta muerte.

A última hora de la tarde, la policía disolvió violentamente una concentración de protesta por la muerte de Kastresana convocada por las Gestoras pro Amnistía ante el teatro Victoria Eugenia, donde se celebraba la clausura del Festival de Cine de San Sebastián.

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