El controlador de bancos

Aristóbulo de Juan ocupa en la actualidad un cargo de alta responsabilidad en el Banco Mundial, donde llegó después de dejar la dirección general del Banco de España encargada de la supervisión bancaria y de haber sido el principal protagonista de la solución de la crisis iniciada a finales de la década anterior. La figura de De Juan, controvertida en la medida en que tuvo que enfrentarse a los casos concretos de la crisis, plantea problemas en los dos bancos a los que se quiere que vaya como consejero no ejecutivo, pero con atribuciones para ejercer un control puntual, ya que durante varios años Aristóbulo de Juan fue considerado como la bestia negra de las dos instituciones.Desde sus puestos como presidente de la Corporación Bancaria, secretario general del Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito y director general del Banco de España encargado de la inspección, Aristóbulo de Juan fue instrumentando un proceso de control y auditoría de las entidades de crédito de cara a impedir problemas irresolubles de solvencia en las instituciones financieras españolas.

Más inspección

Aunque no acabó de terminar este trabajo, por irse a trabajar como asesor al Banco Mundial para establecer sistemas de control en terceros países, la inspección del Banco de España planteó la base de los problemas a los que se iban a tener que enfrentar instituciones financieras del tamaño del Banco Central y del Banesto, como se puso de relieve poco tiempo después.La secuencia había sido bastante lógica: poner solución a los problemas más urgentes y graves, relativamente, y mantener la vigilancia sobre los que afectaban a los bancos de mayor tamaño y que podían provocar problemas de mayor envergadura, aunque no afectaran necesariamente a la solvencia de esas entidades. La estrategia terminaba con el inicio de una inspección permanente, al tiempo para no crear suspicacias, de los siete grandes bancos españoles.

Aristóbulo de Juan es bastante responsable de que se acabara descubriendo el agujero negro de la Banca Garriga Nogués -filial de Banesto, que lo cuantificó en unos 100.000 millones de pesetas- y la defenestración de Javier de la Rosa -entonces máximo ejecutivo de la entidad y ahora representante de KIO en España- como persona de confianza del Español de Crédito.

Los problemas que tuvo, desde su cargo del Banco de España, con los ejecutivos del Central provocaron que durante un tiempo los canales de comunicación entre las dos entidades estuvieran prácticamente bloqueados. Este es el panorama al que se va a tener que enfrentar, interna y externamente, Aristóbulo de Juan si finalmente prospera el intento de nombrarle consejero de los dos bancos en representación de una sociedad en la que, además, KIO tiene el 48% del capital.

En todo caso, se señala en medios próximos a la operación, Aristóbulo de Juan no se dedicará de forma exclusiva a los dos consejos sino que lo compatibilizará con el mantenimiento de funciones asesoras para el Banco Mundial -algo que que no quiere dejar en absoluto- y posiblemente con alguna otra función de representación de sociedades extranjeras.