Detective Privado

Con los tiempos, el cine negro tomó color, operación de puesta al día que para muchos fue paralela a su enterramiento. No ha habido, es cierto, ni cualitativa ni cuantitativamente, el brillo anterior del género, pero probablemente no haya que atribuirlo tanto a la llegada del color como a la desaparición de los grandes creadores de la especialidad. Aun así, ha habido y hay excepciones y momentos gratos en el decadente discurrir del género, cuyas piezas capitales dominan tres décadas, la de los treinta, la de los cuarenta y la de los cincuenta. Y entre estos inspirados soplos de buen cine negro hay que señalar Harper, investigador privado, dirigida en 1966 por Jack Smight y basada en una novela de Ross MacDonald protagonizada por su conspicuo héroe, Lew Archer, que para la ocasión celulóidica se transmuta en Lew Harper. Las constantes chandlerianas del género se mantienen en el filme, a empezar por su trama realmente embrollada y casi incomprensible y despuntando básicamente en el trazado ético del personaje, ese eterno solitario a quien vemos hacerse el café, bostezar tranquilamente en su apartamento y, en definitiva, cuestionarse desde un punto de vista moral la vida a partir de su contacto con un mundo depravado ávido de dinero, poder y lujo y dominado por la corrupción y el cinismo.Harper, detective privado se emite hoy, a las 22.20, por TVE-1.