"Han pasado de nosotros"
La mayor parte de los vendedores del Rastro opinan que el Ayuntamiento "ha pasado mucho" de ellos y se ha salido con la suya, pese a que, en general, reconocen que "algo había que hacer" con el mercado. Juan Carlos Bilbao lleva 10 años "malviviendo" de las máscaras y marionetas que vende en la Ribera de Curtidores. "Últimamente ya hasta nos molestábamos los unos a los otros", dice.Juan Carlos Bilbao considera abusiva la exigencia de licencia fiscal para los puestos de más de dos metros cuadrados. Él es uno de los 1.000 vendedores autorizados por el momento para situarse los domingos en el Rastro. Pero critica el hecho de que haya tenido que pagar de golpe 16.900 pesetas en concepto de tasas (el resultado de multiplicar la tarifa que corresponde según la zona por los dos metros cuadrados de su tenderete y por seis meses que se pagan por adelantado). Lo que no sabe es que el próximo año habrá de pagar el canon anual, o sea, casi 34.000 pesetas de una sola vez.
Bilbao considera que el Ayuntamiento lo está haciendo "de una forma muy sibilina, por etapas, para que la gente no se levante y proteste".
La reordenación ha ido haciéndose en contacto con la Coordinadora de Colectivos de Vendedores del Rastro, y Ginés Meléndez se muestra satisfecho de la respuesta y colaboración de todos.
Javier Medina, miembro de la citada coordinadora, cree que el proceso seguido ha sido el inverso al lógico. "Primero nos tenían que haber censado, somos casi 5.000; después, pensado cómo colocarnos, y, por último, levantarnos. Ginés lo está haciendo justo al revés". Para él, la reforma traerá el declive del mercado. "Mucha gente va a tener que irse. Va a perder el sabor actual".
Salvador Lipschutz, secretario de la coordinadora, duda de que la reforma vaya a ser muy efectiva en la práctica. "Mucho me temo que se cumpla sólo el primer día".
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