La decisión de dar positivo a Delgado fue tomado por el director del laboratorio del Tour
La decisión de dar positivo en el análisis de Pedro Delgado partió personalmente del doctor Lafargue, director de los laboratorios de Clichy donde se realizan los controles antidoping del Tour, según diversas fuentes consultadas por EL PAÍS. El doctor Lafargue sabía que la probenecida no estaba incluida en la lista de la Unión Ciclista Internacional (UCI), pero decidió dar como positivo el análisis al interpretar libremente un artículo que había sido publicado en la revista Le Monde Cycliste, en el que se anunciaba que, en un plazo de dos años, la lista de sustancias prohibidas por el Comité Olímpico Internacional (COI) sería automáticamente aceptada por la UCI. Su tesis no triunfó, y Delgado sigue como líder.
El artículo publicado en la revista Le Monde Cycliste, el pasado mes de febrero, se refería al plan de trabajo de la comisión médica de la UCI para el período 1988-1990. En este plan de trabajo se incluía este punto, que llevó a Lafargue a interpretar unilateralmente la situación: "(c) Actualizar regularmente la lista de los productos prohibidos en base a la lista completa del COI". Este apartado pertenece a un plan de trabajo y, por tanto, aún no ha sido aprobado por la comisión médica de la UCI. Sin embargo, Lafargue, según todas las fuentes consultadas, las interpretó como tesis definitivas. De esta forma, consideró la probenecida como una sustancia dopante, porque así lo hace el COI, pese a que la UCI no lo hará hasta agosto.El doctor Lafargue, en contra de lo que se ha especulado, sí tenía en su poder la lista de sustancias prohibidas por la UCI, y sabía que en ella no aparecía la probenecida. Pese a ello, en el informe que envió a la organización del Tour consideró positivo el análisis de Delgado por la aparición de la probenecida. El pasado jueves, durante el contraanálisis, tanto el representante del laboratorio holandés, que defendía los intereses del corredor Theunisse, como Cecilia Rodríguez, jefa del laboratorio de investigación bioquímica y control del doping del Consejo Superior de Deportes (CSD), le preguntaron a Lafargue por qué había dado como positivo la sustancia, pese a que sabía que no estaba en la lista de la UCI. Y Lafargue les contestó que lo había hecho porque "en el espíritu, es positivo".
La doctora Rodríguez se mostró sorprendida por este hecho, aunque, en manifestaciones realizadas posteriormente dijo que no había visto "mala fe" en el responsable de los laboratorios franceses. "En un caso similar", dijo, "lo que nosotros haríamos sería valorar como negativo el control, pero añadiendo un informe en el que se diría que se había descubierto tal sustancia. En atletismo, por ejemplo, la cafeína no está incluida en la lista de la federación internacional, pero la federación nos pide que, si la descubrimos en los análisis, la incluyamos en nuestro informe".
En los análisis de los días posteriores [Delgado pasó el control en todas las etapas en su condición de líder] no apareció ni la probenecida ni cualquier otra sustancia. Además, en ninguno de los análisis pudo encontrarse ni el más mínimo rastro de los anabolizantes que, en teoría, podría enmascarar la probenecida. Este hecho es calificado como "muy raro" por diversos especialistas consultados, ya que utilizar a estas alturas la probenecida, prohibida por el COI, sin la intención de enmascarar anabolizantes, es de una inutilidad sorprendente. En cierta manera, confirma la tesis de Delgado y del equipo Reynolds, en el sentido de que el español había ingerido la probenecida no como sustancia enmascaradora, sino para retener líquido en una jornada de mucho calor. Este hecho, sin embargo, ha sido valorado muy negativamente por especialistas, que consideran que los miembros del equipo Reynolds que le dieron esta sustancia a Delgado arriesgaron demasiado y utilizaron un producto que no era el más adecuado para tal fin.
Puntos oscuros
El jurado técnico del Tour, ante la calificación de "positivo" otorgada por el laboratorio, no hizo más que tramitar la información a los organizadores de la prueba. Y entonces empieza otro capítulo oscuro de la historia.
Pese a que el reglamento de la prueba exige que sea el equipo y el corredor afectado quienes primero conozcan el resultado positivo de un control antidoping, la noticia se difundió a través de Antenne 2, la televisión que posee los derechos del Tour. Los periodistas de esta televisión han reconocido al diario Libération que la filtración la provocó el director del Tour, Jean Courcol, quien aprovechó un descanso publicitario en el programa-resumen de la prueba para deslizar la noticia al oído de uno de los presentadores.
Asimismo, y mientras presionaba al Reynolds y a Delgado para que se retirasen de la prueba y no solicitasen el contraanálisis, la organización facilitó el co municado oficial del control positivo sin especificar la sustancia hallada. Luis Puig calificó como "muy irregular" el hecho de que no se cumpliese con la norma habitual, que es facilitar el nombre de la sustancia.
En el contraanálisis, el doctor Lafargue trató de convencer a José Miguel Echávarri, director del Reynolds, de que debía tratar de solucionar el problema utilizando la tesis del defecto de forma en el anuncio del resultado positivo. Esta conversación, confirmada por diversos testigos, trataba de mantener al margen a los laboratorios de Clichy. En su informe del contraartálisis, el doctor Lafargue insistió en la presencia de la probenecida y repitió su valoración de positivo.
A partir de ese momento comenzó el enfrentamiento feroz entre la UCI, representada por Luis Puig, su presidente, y los organizadores. Mientras Puig defendía que no podía ser jamás considerado como positive, un producto no incluido en las listas de la UCI, los organizadores querían a toda costa que Delgado fuese sancionado, con el argumento de que el Tour tenía una proyección pública similar a los Juegos Olímpicos. Finalmente, y tras una consulta telefónica con el profesor Slavik, jefe de la comisión médica de la UCI y, curiosamente, autor del plan de trabajo interpretado unilateralmente por el doctor Lafargue, se llegó a la conclusión de que la probenecida no podía ser considerado positivo hasta agosto.
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