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El Senado italiano aprueba una ley que regula las huelgas en los servicios públicos esenciales

Juan Arias

Después de 40 años de vacío normativo, el Senado italiano acaba de aprobar, con los votos incluidos de la oposición comunista, una ley sobre "reglamentación de las huelgas en los servicios públicos esenciales", un derecho del Estado ya previsto en la Constitución, pero al que nadie se había atrevido en el pasado a meter el diente.

La situación había llegado a tales límites que la nueva ley, que obligará a la creación de un código de comportamiento obligatorio para los trabajadores de los servicios públicos, ha sido apoyada no sólo por el Gobierno, que ha presentado la ley, sino hasta por los tres gremios del sindicato unitario, CISL, CGIL y UIL, y por los mismos comunistas, que han votado a favor.Se las llamaba huelgas salvajes y paralizaban con frecuencia el país, como está ocurriendo sobre todo en el los transportes aéreos, marítimos, urbanos y ferrocarriles, hospitales, correos y limpieza pública.

Ahora la ley debe ser aprobada por la Cámara baja, donde puede haber pelea en puntos retocados ya en el Senado y que han ablandado la ley hasta el punto de que los republicanos, aun formando parte del Gobierno, han sido los únicos que se han abstenido. En contra han votado sólo los neofascistas y los demoproletarios de izquierdas.

La batalla ha tenido lugar sobre dos puntos: el primero, el margen de tiempo con el que un sindicato en el sector público debe anunciar una huelga para que el Estado pueda preparar servicios suplementarios. Los republicanos pedían un mínimo de 15 días, mientras que la ley aprobada prevé sólo cinco. Otro punto es la multa para los recalcitrantes, una vez que la huelga haya sido prohibida, y los trabajadores, militarizados. Se pedía que la multa diaria fuera de 10.000 a 30.000 pesetas, y ha quedado entre un mínimo de 2.500 pesetas y un máximo de 10.000.

Militarización de trabajadores

Una novedad es que el encargado de militarizar a los trabajadores en caso de conflicto no sea el gobernador civil, sino el representante del Gobierno regional o el presidente del Gobierno si el caso es nacional, e incluso en casos de grave emergencia, el mismo jefe del Estado.Ni que decir tiene que la opinión pública, que ya no puede más en este país de huelgas generalizadas, sobre todo en el sector de los transportes, ha acogido bien el voto positivo del Senado, que colma un vacío constitucional que duraba 40 años.

Mientras tanto, y es lo que quizá haya hecho aligerar la aprobación de la ley en las primeras horas de la madrugada de ayer, ha sido anunciado todo un rosario de huelgas en los ferrocarriles en lo que queda de mes.

En Italia, el problema de fondo es que el derecho a la huelga es individual, y por tanto no era posible considerar ¡legal el paro organizado por un grupo cualquiera de trabajadores. Es lo que está ocurriendo con los famosos Cobas o sindicatos de base, que se han multiplicado como hongos en todos los sectores, aprovechándose de la debilidad y falta de representatividad de los grandes sindicatos tradicionales, ex esivamente conexionados con los partidos políticos.

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