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Un guardia civil mata en una discusión trivial a un joven y hiere gravemente a otro en Villaverde

Un guardia civil de 51 años de edad, Alonso Salazar, se encuentra detenido, acusado de matar a un joven de 20 años, Miguel Ángel Rodríguez Alvarez, y de herir gravemente a otro, Antonio Felipe Martín, de 17 años. Los hechos ocurrieron, entre las 21.00 y las 21.30 del sábado, en la puerta de una bodega situada en el callejón de Gómez Acebo, en Villaverde. El guardia civil, muy alterado según testigos presenciales, atacó primero a los jóvenes con una barra de hierro y luego sacó su arma y disparó contra ellos tras entablarse una discusión porque el coche de uno de los muchachos le impedía el acceso a su garaje.

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Miguel Ángel Rodríguez Álvarez era soltero, vivía con sus padre y una hermana pequeña de 13 años, Eva, en el número 3 de la calle de Calaminas, cercana al lugar de los hechos. Tenía 20 años y trabajaba desde hacía dos en Iberduero. Su muerte era ayer el tema de conversación de los jóvenes del barrio. "Nos van a matar a todos, estos hijos de puta. Los mayores se piensan que por ser joven ya eres un delincuente Por aquí ha habido gente que ha comentado que si lo mataron sería porque algo habría hecho" En la pared de la bodega y por la acera inmediata aún se veía un largo reguero de sangre.Los amigos del muerto estaban ayer en la casa de la víctima. Sus padres se encontraban en el Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia. F. F. R. contó así lo sucedido: "Estábamos un grupo de amigos en la puerta de la bodega, bebiendo unas cervezas. Miguel Ángel hablaba de coger el coche e irse con sus padres, que estaban pasando el fin de semana en un chalé que tienen en Escalona del Alberche. Otro amigo, J. G. C., había aparcado su coche de forma que tapaba en parte la entrada a un garaje que hay junto a la bodega".

"De pronto", continúa F. F. R., "llegó un hombre mayor, vestido de paisano, en un R-12 amarillo, que quería entrar en el garaje, y nos dijo a gritos, muy enfadado, que le dejáramos paso. Le dijimos que bueno, que no gritara tanto, que no pasaba nada. J. G. C. quitó el coche, y entonces, en lugar de entrar a su garaje, el hombre bajó del automóvil con una barra o una cadena de hierro envuelta en una funda amarilla". Otro testigo presencial afirmó que el hombre iba hablando en voz alta, diciendo que todos los jóvenes eran drogadictos y cosas así.

El hombre se fue hacia el grupo de jóvenes. Miguel Ángel Rodríguez recibió un fuerte golpe en la cara, y entonces sus amigos intentaron quitarle la barra al agresor. "En ese momento el tío, sacó una pistola del bolsillo de la chaqueta. Una pistola pequeña, plateada. El hombre la cargó, y debía de tener ya una bala en la recámara, porque una bala salió despedida [la bala fue recogida luego por policías nacionales]. Cuando vimos que sacaba la pistola, echamos a correr, cada uno por donde pudo".

Según los amigos de la víctima, el guardia civil corrió unos metros detrás de Miguel Ángel y disparó. "Yo pensé que no le había dado", continúa J. G. C., "porque Miguel Ángel aún corrió un poco más. Luego cayó. Entonces, Antonio se revolvió contra el hombre y quiso quitarle la pistola. El hombre le cogió del cuello y le puso la pistola en la sien. Antonio pudo retirar la cabeza y el balazo le entró por el cuello".

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Apuntando en todas direcciones

Según los testigos presenciales, el guardia civil se quedó parado en medio de la calle, apuntando con su pistola en todas direcciones. Luego cogió por los pies el cuerpo de Antonio Felipe Martín, le introdujo en su coche y lo llevó al hospital Primero de Octubre. Dejó al herido y se marchó a pie. Poco después se entregaba en la comisaría de Usera.

Al mismo tiempo, los amigos de Miguel Ángel le llevaron en tina furgoneta al mismo hospital, donde ingresó ya cadáver. Antonio Felipe Martín recibió la bala por debajo del maxilar inferior y quedó incrustada entre la segunda y la tercera vértebras cervicales, y se encuentra en muy grave estado, en la sala de cuidados intensivos. Sus amigos dicen que está clínicamente muerto. La madre de Miguel Ángel, Eva Álvarez, declaró anoche que el estado de Antonio era crítico, aunque había mejorado en las últimas horas. Las familias de las dos víctimas son amigas.

El guardia civil Alonso Salazar vive en el número 14 del callejón de Gómez Acebo. Ayer no fue posible hablar con su familia para conocer su versión de los hechos. El titular del Juzgado número 21, que se encontraba de guardia en la noche del sábado, José María Vázquez Honrubia, no quiso hacer comentarios sobre la declaración prestada por el presunto homicida. Sólo confirmó que era un guardia civil en activo y que la víctima murió de un balazo que le entró por la espalda, a la altura del corazón.

Fuentes de la Dirección General de la Guardia Civil tampoco quisieron hacer declaraciones, al margen de que Salazar es guardia civil en activo. El detenido pasó por la comisaría de Usera y luego quedó a disposición del juez de guardia. Del caso se ha hecho cargo la Brigada de Homicidios, aunque parece que las diligencias se han remitido a la Dirección General de la Guardia Civil.

La víctima será enterrada en la mañana de hoy en el cementerio de Carabanchel, según manifestó anoche su madre. Los amigos se presentarán al juicio como acusación particular.

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