Dos pilotos de élite

"Eran la elite de la unidad de helicópteros", declaró ayer, visiblemente afectado, un compañero de Santiago Aizpurúa y Manuel Moratilla, quien añadió que su desaparición es un golpe muy fuerte a la unidad. "Eran prudentísimos, muy equilibrados", señaló, "y no les he visto beber nunca".Este compañero se refirió a las múltiples experiencias de los dos pilotos, entre ellas la localización de kamikazes (conductores suicida,s) el pasado invierno. "Estuvieron noches y noches volando, turnándose, y cogieron a algunos". "Santi [por Aizpurúa] cumplió el miércoles pasado las 12.000 horas de vuelo; él fue el creador de la Escuela de Pilotos de la Dirección General de Tráfico", añadió.

Santiago Aizpurúa Carrero, coronel del Ejército del Aire, tenía 53 años y era de Hemani (Guipúzcoa). Contaba con 19 años de servicio activo y había sido jefe del servicio de helicópteros. Estaba casado y tenía cinco hijos, uno de ellos piloto y otro a punto de terminar su formación. Se da la circunstancia de que un hermano suyo gemelo también murió, años atrás, en un accidente de aviación.

Manuel Moratilla Alonso, de 45 años, era de Oviedo, casado y con dos hijas. A lo largo de 23 años trabajó en el servicio de helicópteros de la DGT, primero corno fotógrafo y luego como piloto. Desde diciembre de 1986 dirigía la Patrulla de Helicópteros de Madrid. Era técnico en comunicación, profesor de pilotos y tenía más de 5.000 horas de vuelo.