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Jáuregui consigue una exigua victoria sobre García Damborenea en el congreso del PSOE vasco

Ramón Jáuregui, un donostiarra de 40 años, fue elegido ayer secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) con una muy ajustada mayoría sobre el otro aspirante al cargo, Ricardo García Damborenea. La candidatura oficial sólo consiguió 3.089 mandatos (53,16% mientras que la corriente crítica renunciaba a presentar una lista alternativa y pedía la abstención. La elección de la nueva ejecutiva, por un margen algo menor del previsto, se produjo en un clima de fuerte tensión y decepción generalizada entre los delegados por la incapacidad del congreso para terminar con la lucha entre facciones.

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Un socialismo vasquista

La victoria de los oficiales adquirió proporciones aún más pírricas en la elección de los representantes para el comité federal socialista. La lista patrocinada por el secretario de organización del PSOE y secretario general saliente del PSE, Txiki Benegas, se impuso con el 50% de los votos, frente al 49,2% que obtuvo la encabezada por Damborenea.Con anterioridad, durante toda la madrugada y hasta entrada la mañana del domingo, se había desarrollado en el hotel de San Sebastián donde se ha celebrado el congreso una maratoniana y crispada negociación a múltiples bandas para ultimar la candidatura oficial. La nueva ejecutiva del PSE ha sido ampliada de 13 a 21 miembros, para dar entrada a todas las representaciones provinciales y comarcales necesarias para garantizarle un apoyo mayoritario.

El mantenimiento hasta el último momento del veto a Damborenea trasladó la tensión al interior de algunas delegaciones guipuzcoanas, predispuestas a forzar un acuerdo entre los dos sectores o descontentas con la candidatura prevista. Pasadas las tres de la madrugada, Txiki Benegas tuvo un altercado verbal en público con el gobernador civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu, al que acusó de maniobrar para estropearle el congreso.

A su vez, los críticos denunciaron la existencia de fuertes presiones de Benegas sobre las delegaciones de Guipúzcoa, a las que el número tres del PSOE citó una por una en la séptima planta del hotel para conseguir su apoyo. Según se pudo comprobar el domingo a mediodía, en la votación de la ejecutiva, los votos de Guipúzcoa fueron todos favorables a la lista única, como estaba previsto. Sólo se abstuvo -junto a los críticos vizcaínos y alaveses- la agrupación de Irún, donde conserva influencia personal el delegado del Gobierno central en la comunidad autónoma vasca, Julen Elgorriaga.

Oportunidad perdida

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A última hora, los negociadores de Vizcaya recibieron la insinuación de que Damborenea podría incorporarse a la ejecutiva como vocal. La oferta ni siquiera fue tomada en serio. El secretario general de Vizcaya decidió no presentar candidatura alternativa para evitar la confrontación de dos listas, según explicó, y acusó a sus rivales de vetarle por motivos personales. "En el congreso anterior nos equivocamos todos al no conseguir la unidad", declaró, "pero ahora está bien claro quiénes estamos por el acuerdo y quiénes lo han hecho imposible".

Benegas continuará en la dirección del PSE como presidente, mientras Juan Manuel Eguiagaray repite en la vicesecretaría general.

El nuevo secretario general reconoció en el discurso de clausura del congreso -como había hecho anteriormente ante los delegados a puerta cerrada que los socialistas vascos han perdido una buena oportunidad de aprovechar el congreso para proyectar su alternativa sobre la sociedad vasca. El enfrentamiento entre las dos corrientes por la dirección del PSE ha dominado las tres jornadas de reuniones y ha concentrado todo el interés.

No obstante, Jáuregui reivindicó la legitimidad de esta disputa. "La decisión de los militantes sobre quiénes quieren que hagan las cosas de cada día en el partido es también parte de una opción política", dijo. La virulencia de los enfrentamientos y la imposibilidad de llegar a un acuerdo, según el secretario general del PSE, se deben al choque de personalidades distintas, difíciles de conciliar en un equipo, y a la existencia de viejos. problemas enquistados.

Jáuregui prometió realizar una gestión conciliadora durante su mandato, pero advirtió que el congreso ya ha terminado y a partir de ahora los militantes deben actuar con respeto a las reglas del juego y disciplina democrática.

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