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Casi un millón de familias con ingresos exentos, pero retenidos declaran la renta para recuperar su dinero

Casi un millón de unidades familiares desatienden la invitación del fisco a no presentar la declaración de la renta. A pesar de que sus ingresos quedan por debajo del mínimo exento de declarar, esos contribuyentes han preferido en los cuatro últimos años el entregar los papeles para que Hacienda les devuelva el dinero que antes les ha retenido. Las cifras muestran un creciente descrédito de las subidas del mínimo exento, que para la presente campaña se ha elevado de 500.000 a 840.000 pesetas en caso de ingresos salariales.

El número de unidades familiares que se sitúan por debajo del mínimo exento y presentan declaración de la renta ha crecido acusadamente, En 1979, primer año del que se conocen datos, sólo eran 165.900. Durante la última campaña ascendieron a 872.100.De cruzar estas cifras del centro de proceso de datos de Hacienda con las estimaciones sobre el número de unidades familiares con rentas inferiores al mínimo exento, realizadas por la comisión para el estudio del fraude fiscal, se desprende que la mayoría de los contribuyentes teóricamente beneficiados por la subida del mínimo exento han desatendido crecientemente las invitaciones del fisco a que no formularan su declaración.

Mientras que en 1979 sólo un 6,5% de los contribuyentes con rentas inferiores al mínimo exento hacía caso omiso de su derecho a no presentar los papeles, año tras año ha crecido este porcentaje. La proporción se ha acusado aún más a partir de 1982. En la actualidad, un 46,5% del total -prácticamente una de cada dos unidades familiares exentas- presenta su declaración.

El claro dominio del descrédito del mínimo exento se observa mejor si se comparan solamente las variaciones entre un año y el siguiente del número de declaraciones y de los exentos. Así, en 1983, cuando el mínimo exento de declarar subió desde 300.000 a 500.000 pesetas, los perceptores de rentas por debajo del mínimo aumentaron en 830.500, mientras que el de declaraciones inferiores al mínimo exento creció en 504.100 (un 60,7% del incremento de beneficiados por la medida).

Pero en los años siquientes, cuando el efecto de la inflación ha reducido el número de perceptores de rentas por debajo del mínimo exento, los declarantes que rechazaron su derecho a no presentar los papeles al fisco han seguido en aumento.

Más declarantes

Así pues, la subida del mínimo exento desde 300.000 a 500.000 pesetas arroja un balance sorprendente. El número de unidades familiares perceptoras de rentas inferiores ha crecido en 301.200, mientras que el de declarantes lo ha hecho en 661.100.Una explicación que puede darse a este fenómeno, a menos que las cifras de partida sean erróneas, consiste en que aquella subida del mínimo exento contribuyó gradualmente a correr la voz entre el millón y medio de familias con rentas inferiores en el sentido de que si presentaban la declaración no perderían el derecho a la devolución, toda vez que la Hacienda española se queda con las cifras de dinero retenidas a quienes no declaran.

Ahora el mínimo exento acaba de subir desde las citadas 500.000 a las 840.000 pesetas. La medida estaba prevista para cuando se declararan las rentas de 1988 (el próximo año), aunque el Gobierno decidió a finales de marzo anticiparla a la presente declaración. Entre los motivos apuntados por Hacienda para tomar esta decisión destacaron (véase EL PAÍS de 26 de marzo) los de "compartir con los contribuyentes de menores ingresos los frutos de la lucha contra el fraude". Igualmente, la medida se justificó aduciendo la voluntad de "ahorrarles los costes o la presión fiscal indirecta que supone el presentar la declaración". En un reciente debate, el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, insistía en que gracias al mejor cumplimiento de unos este año podía librarse de declarar la renta con dicha medida un conjunto de población cifrado en torno al millón de contribyentes.

Por otra parte, si el comportamiento de los contribuyentes fuera similar al de los últimos años, todo parece indicar que una gran mayoría de este millón presentaría la declaración. Fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda han admitido de hecho que "más del 40% de los beneficiados" tendrían derecho a devolución si presentan los impresos, aunque hayan apuntado que el fisco apenas perdería por ello unos 10.000 millones de pesetas.

Ingresos íntegros

Las 840.000 pesetas exentas desde ahora -sólo para rentas del trabajo, pues empresarios y profesionales siguen en 500.000- se han de entender aplicables sobre los "íngresos íntegros" (antes de deducir a los ingresos brutos los gastos necesarios, sobre todo el de Seguridad Social).De acuerdo con lo estipulado, no computa para su cálculo la renta ficticia que el propietario de una vivienda ocupada por él mismo debe imputarse (este año, el 2% del valor catastral). En este sentido, parte de la cantidad total, con un límite de 200.000 pesetas, podrá haber sido ganada por intereses de depósitos bancarios u otros rendimientos del capital mobiliario, así como por incrementos del patrimonio.

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