Gervás, líder del torneo de Madrid

José Ignacio Gervás, un neoprofesional que formando equipo con José María Olazábal dio a España el título mundial de menores de 18 años en 1982, es el primer líder del torneo de Madrid, al concluir ayer el recorrido inicial con 65 golpes, siete bajo par. La segunda mejor tarjeta (66) la presentó el sueco Anders Forsbrand. José Riveiro y Juan Anglada necesitaron 63, y Severiano Ballesteros, José María Cañizares, Manuel Piñero, Miguel Ángel Martín y Yago Beamonte (un aficionado), 69.

La 21ª edición del Torneo de Madrid se abrió con la espectacularidad de que 62 jugadores acabasen por debajo del par, 72, y con el destape del madrileño Gervás, de 23 años, que apenas precisó 65 -ocho birdies y un bogey-. Su único desliz lo cometió en el hoyo 9, en el que su pelota se fue primero a la arboleda y luego a una trampa de arena. Pero sus aciertos lo compensaron con creces.En cualquier caso, Gervás, que perfeccionó su golf en Estados Unidos mientras se licenciaba en Ciencias Empresariales, no lanzaba las campanas al vuelo. Es cierto que fue campeón del mundo, junto a Olazábal, de menores de 18 años y que, como aficionado, ganó en 1987 una competición norteamericana, la Rice Planters, cuyo historial está repleto de grandes maestros en la actualidad. Pero también es verdad que no pudo superar el corte en las tres últimas en que ha intervenido, las de Barcelona, Biarritz y Cannes. Así, se conformaría con quedar "entre los diez primeros".

Rivero, que no en balde se conoce al dedillo el campo del Real Club de la Puerta de Hierro por su antigua condición de caddie en él, y Anglada sí que lograron meterse ayer en ese grupo privilegiado al totalizar 68. En cambio, Ballesteros, Cañizares, Piñero, Martín y Beamonte no lo consiguieron con sus 69. Y es que, aunque el terreno estaba pesado por las Lluvias recientes, el nivel fue muy alto. El cántabro, en concreto, se lamentó de que le falta "sensibilidad" con el putt.

Triple 'bogey' de Olazábal

El rostro más sombrío, sin embargo, fue el de Olazábal, 74, al que le sobró el hoyo 8. Su drive llevó la bola fuera de la calle y, de inmediato, la estrelló contra un árbol. Como las desgracias nunca vienen solas, se le fue a continuación a un bunker, del que la sacó con dificultad. Su primer putt fue corto y el segundo largo. Su enfado por su triple bogey fue tal que no esperó a que sus compañeros, los ingleses Howard Clark y David Whelan, embocaran las suyas para encaminarse hacia el objetivo siguiente. La cortesía era, por una vez, una exigencia desmesurada para su estado de ánimo.Clasificación: 1º Gervás, 65. 2º Forsbrand (Suecia), 66. 3º Tinning (Dinamarca), 67.