Dos muertos al estrellarse un F-16 cerca de dos centrales nucleares en Alemania Occidental
Un avión de combate norteamericano del tipo F-16 se estrelló el jueves en la zona urbana de la localidad de Forst, a 16 kilómetros de las centrales nucleares Philippsburg I y II y a 13 kilómetros del centro de investigación nuclear de Karlsruhe, en el suroeste, de la República Federal de Alemania (RFA). Este nuevo accidente, el segundo en 24 horas que se produce en las cercanías de una central nuclear, ha causado la alarma entre la población. Aunque la posibilidad de que un avión se estrelle sobre una central nuclear es mínima, son imprevisibles las consecuencias si el accidente se produce en plantas atómicas que no tengan preparados sistemas de seguridad para este tipo de sucesos.
En los últimos ocho años, se estrellaron en la RFA 179 aviones de combate, según datos del Partido de los Verdes. El piloto norteamericano del F-16 y un vecino de la localidad, de 62 años, resultaron muertos. La localidad de Forst, de 8.000 habitantes, tuvo que ser evacuada ante el peligro de explosión de la munición del F-16.Ya el accidente del lunes provocó una airada polémica sobre la práctica habitual de vuelos rasantes de las fuerzas armadas germano occidentales y aliadas sobre zonas habitadas o de especial riesgo como instalaciones nucleares.
Un avión Mirage F-1 de as fuerzas aéreas francesas se estrelló a tan sólo kilómetro y medio de la central nuclear de Ohu, al noreste de Munich, en Baviera. El piloto murió en el accidente. El ministerio federal de Defensa aseguró entonces que la práctica ha demostrado que los pilotos consiguen desviar los aparatos para caer en zonas sin peligro. Pocas horas después quedaba desmentida esta declaración, al caer el F-16 en una zona poblada sin que el piloto pudiera evitarlo.
El Ministerio de Defensa, diversos políticos conservadores y representantes de la industria nuclear aseguraban el jueves que no existe peligro alguno de escape radioactivo ni aún en el caso del choque frontal de un avión de combate contra un reactor nuclear, ya que las centrales están protegidas para esta eventualidad. Lo cierto es que solo tienen tal protección las centrales nucleares de la ultima generación. Los dos accidentes han reavivado la polémica sobre los peligros de las constantes maniobras militares aéreas sobre las RFA.
Los vuelos rasantes de aviones de combate, del Ejército de la RFA o de los destacamentos franceses y norteamericamos estacionados en territorio de Alemania Occidental causan regularmente víctimas mortales no sólo entre los pilotos sino también entre la población civil.
Según las reglas internas del Ejército, para vuelos de este tipo es obligatorio evitar zonas industriales de especial peligro, incluidas las instalaciones militares, en un radio de 500 metros y 300 de altura.
Algunas centrales nucleares de la nueva generación sí están protegidas contra este riesgo con un armazón de hormigón de dos metros de grosor. Otras más antiguas y aún en funcionamiento, no cuentan con esta protección. El partido de los verdes pidió la inmediata supresión de los vuelos rasantes de carácter militar.
El vicepresidente del partido socialdemócrata (SPD), Oskar Lafontaine, manifestó que existe un "factor de riesgo infravalorado" en esta práctica de vuelos rasantes. La RFA cuenta con la presencia militar más densa de occidente.
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