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El Norte ausente

La infraestructura ferroviaria está convirtiéndose en uno de los ejes de la discusión sobre la salida de la crisis industrial asturiana.Si hace un siglo se reclamó el ferrocarril para estimular las primeras iniciativas carboníferas y siderúrgicas de la región, hoy los dirigentes políticos asturianos y las fuerzas vivas de la región claman por una infraestructura de comunicaciones acorde con el nuevo siglo.

El presidente asturiano, Pedro de Silva, puso el grito en el cielo recientemente (ver EL PAÍS del 11 de marzo), por el estrangulamiento económico del norte de España (Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco). Para el dirigente socialista, la cornisa cantábrica "es una realidad física, estratégica, económica y probablemente cultural, pero no existe como área en el terreno de las comunicaciones".

El presidente del Principado cree que ante la Expo 92 de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona y con Madrid en el eje, como centro, se da una concepción tripolar de España, en la que el Norte "está ausente de la vida económica y social de España en los próximos años".

Falta de acuerdo

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La semana pasada, después que en el Parlamento regional el PSOE evitase cualquier tipo de presión sobre el Gobierno de Madrid, Pedro de Silva reconoció por primera vez que "el PTF es inaceptable para Asturias".

Desde que De Silva gobierna el Principado -junio de 1983-, los socialistas han defendido una nueva línea ferroviaria por el Cantábrico, la salida al este, aparte de una carretera -mitad autovía, mitad radial- entre Irún y La Coruña.

Los consejeros de Obras Públicas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco se han reunido en varias ocasiones y han llegado a acuerdos de principio, pero no a compromisos firmes.

Por ejemplo, han defendido conjuntamente en Madrid una nueva carretera, pero no el ferrocarril. Porque ninguna de las autonomías, salvo Asturias, está dispuesta a defender ese proyecto hasta el final.

Para Galicia resulta utópica, Cantabria prefiere el histórico enlace con el Mediterráneo y el País Vasco ha resuelto su problema principal con la variante de Orduña, que sí está incluida en el PTF. La salida al este costaría, según el primer estudio de viabilidad de Renfe, encargado por el Principado en 1982, 78.000 millones de pesetas sólo desde Oviedo hasta Bilbao. Hoy serían más de 100.000 millones.

En Bruselas se vería con buenos ojos una arteria que uniese todo el norte de España, pero, como en Madrid, la balanza parece inclinarse por una autopista. No obstante, cuando Juan María Bandrés era eurodiputado, defendió en Estrasburgo un ferrocarril por el Norte, y el también parlamentario europeo Angelo Carossino, comunista italiano, ha redactado un informe favorable a esa nueva vía.

Ahora, El Ferrol e Irún están conectados por vía estrecha, a la que Pedro de Silva considera "una anécdota", aunque en los últimos años se han invertido 10.000 millones en su mejora.

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