Benedetti niega que problemas de liquidez le hayan obligado a vender Buitoni a Nestlé
El magnate italiano Carlo de Benedetti intentará hoy justificar la venta de su empresa agroalimentaria Buitoni a la primera multinacional del sector, la suiza Nestié, una operación mediante la cual intenta, al parecer, a pesar de sus desmentidas, conseguir la liquidez necesaria para acabar de controlar al mayor holding belga, la Société Générale de Belgique (SGB), en la que sic ha gastado hasta ahora más de 100.000 millones de pesetas, según diversas fuentes.
En contra de lo anunciado, el grupo Cerus no dio ayer a conocer el resultado de la oferta pública de adquisición, (OPA), que venció el viernes pasado, formulada por Bendetti sobre el 15% de las acciones de la SGB y que permitirá determinar si el presidente de Olivetti y sus seguidores poseerán la mayoría absoluta del codiciado holding en la asamblea general de accionistas convocada para el 14 de abril.En la primera entrevista que concede después de la venta de Buitoni, que será emitida esta noche por la televisión italiana pero de la que fue divulgado ayer un resumen, Benedetti rechaza las críticas recibidas en Italia por haber vendido lana de las dos grandes empresas italianas agroalimentarias y las califica de "estúpidas".
Los expertos desconfían
"No se puede estar contento", afirma ¡ante las cámaras, "cuando en Italia vamos hacia Europa, es decir cuando, por ejemplo, nuestro grupo compra La Valeo o Yves Saint Laurent y se compromete en Bélgica, y ponerse a llorar cuando un extranjero penetra en Italia" Además, añade, los accionistas de Buitoni "han obtenido en tres años casi siete u ocho veces lo que habían invertido".
Estos argumentos, así como la insistencia de su portavoz en que venta de Buitoni a Nestlé no guarda relación alguna con la ofensiva por adueñarse de la SGB no acaban, sin embargo de convencer a los observadores que recalcan, por ejemplo, que el anuncio de la operación coincidió no sólo con el vencimiento de la OPA sino también con la confirmación por el consejo de administración de la multinacional suiza de su entrada con un 4% en un holding encabezado por Benedetti con el que intenta apropiarse de la Générale.
Un hombre de negocios, que se jactaba de no ser un tiburón tradicional porqué no compraba empresas para venderlas al poco tiempo, se deshace, por primera vez en su agitada carrera, de una de sus adquisiciones cuyo volumen de negocios logró duplicar en dos años hasta alcanzar los 188.000 millones de pesetas en 1987 y cuyas pérdidas de 4.253 millones en 1984 se convirtieron en 4.615 millones de beneficio el año pasado.
Benedetti ha vendido el holding Buitoni, SA, con sus ramas francesa, británica, holandesa, los congelados Davignel y los chocolates Perugina, por el equivalente de 144.800 millones de pesetas, una cifra que, si se deducen las cantidades revertidas a los pequeños accionistas, coincide más o menos con lo que ha invertido en la SGB belga y que los agentes de cambio estiman en torno a los 114.000 millones de pesetas. Esta cifra debería bastarle y los rumores sobre la venta de Olivetti a Philips carecen de fundamento.
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