'Western' atípico
Sierra prohibida nace de una voluntad de ruptura y en unos años -el filme es de 1966- en que, con tal de que se rompieran cosas -lo que fuera, formas, conceptos morales...-, todo valía. En el caso concreto de Sierra prohibida, lo que se machacaba era el western tradicional a través de la bastante ascética historia de un hombre a la busca de su caballo semental. Su recorrido nada tenía que ver con la épica americana, y su héroe, o mejor antihéroe, nos era dado a conocer mediante un exhaustivo detenimiento en sus acciones más nimias. Eso ya implicaba un lento discurrir y un ritmo voluntariamente parsimonioso.Pero, además, su director, el siempre mediocre Sidney J. Furie -de ahí a su reciente Superman IV su filmografía está trufada de películas más o menos espantosas-, apuntaba alto en lo que a estética se refiere, proponiendo planos, encuadres, ángulos exageradísimos y pretenciosos, como ese vaso en primer témiino deformante de la realidad. Intelectualizar el western -una tontería: el western, como todos los géneros, goza ya de una indiscutible propiedad intelectual- era su meta. La verdad es que de Tombstone a Marienbad hay un largo camino que Furie quiso acortar, con los resultados que esta noche podrán comprobarse. Brando, eso sí, está muy bien, y la fotografia de Russell Metty es estupenda.
Sierra prohibida. 22.25, por TVE-1.