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Reportaje:

Werner Höfer

El retiro forzoso del periodista político más popular de la RFA

Ha sido durante décadas el periodista político más popular de la República Federal de Alemania. Dirigió los últimos 35 años, sin interrupción, todos los domingos, la mesa redonda televisada Internationales frühschoppen, sobre temas de actualidad, con periodistas alemanes y corresponsales extranjeros. Werner Höfer es una personalidad histórica de la televisión alemana. Desde hace un mes se halla en retiro forzoso, tras salir a la luz artículos suyos de la más rancia retórica nazi, publicados en los últimos años de la guerra.

En uno de los artículos publicados, Werner Höfer aplaude la ejecución de un pianista que puso en duda la victoria final de la Alemania hitleriana. A los 74 años, le ha alcanzado el pasado a este gran periodista, cuyos méritos profesionales en los cuatro decenios de existencia de la República Federal de Alemania nadie discute. Su caso es, sin embargo, más que una tragedia personal. Ha recordado a la opinión pública alemana los grandes silencios de complicidad y culpa sobre los que se basó en su día la creación de la república. Por primera vez, el escándalo de la complicidad con el régimen nazi afecta ahora a un periodista. Höfer escribió por encargo personal del ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, himnos a la guerra y ataques a los derrotistas y "débiles" que no creían en una victoria ya imposible. Después de la guerra, siguió escribiendo, en defensa de la democracia y el pluralismo.¿Qué gremio está libre de culpa en este país, donde el 9 de mayo de 1945, un día después de la rendición, no quedaban ya nazis a tenor de las declaraciones que recogían las fuerzas aliadas? Médicos que víviseccionaron a niños judíos y experimentaron con subnormales y lisiados pasaron a ocupar tras la derrota respetables consultas. Los generales de Hitler se encargaron de reconstruir el Ejército alemán bajo el canciller Konrad Adenauer. Los jueces del Tribunal Popular que condenó a miles de personas a muerte por dudar de la victoria en voz alta u oír emisoras extranjeras o robar un pan tras un bombardeo volvieron en parte a dictar justicia, bajo el Estado de derecho. Ni uno solo de estos jueces ha sido condenado hasta ahora.

Werner Höfer es víctima de un proceso biológico. Los profesionales que aún guardan cadáveres en el armario son cada vez menos. Cada vez son menos los dispuestos a mantener el pacto de silencio. Pero muchos lamentan que Höfer, "una institución", no reaccionara con más valor y dignidad y declarara al final de la guerra lo que había hecho y lo lamentara públicamente. Ahora ha lamentado sus panfletos nazis ante las cámaras de televisión. Demasiado tarde. Al igual que al presidente austriaco, Kurt Waldheim, se le echa en cara la ocultación y tergiversación del pasado más que su pasado en sí.

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