La batalla que nunca existió
El alcalde de Hamburgo evita en el último momento el enfrentamiento entre policías y 'autónomos'
El Alcalde de Hamburgo, Klaus von Dohnanyi, ha evitado en el último momento que se produjeran en esta ciudad enfrentamientos entre jóvenes y policías que amenazaban con ser los más violentos de las últimas décadas en la República Federal de Alemania (RFA). En una iniciativa personal en la que puso en juego su cargo y futuro político, Von Dohnanyi logró en un último esfuerzo de diálogo con los ocupantes de viviendas que éstos aceptaran sus condiciones para impedir un desalojo violento.
El éxito de la política de diálogo de Von DoInnanyi supone la primera buena noticia en el marco de la escalada de la tensión entre autónomos y policía y la radicafización de las posturas de jóvenes autónomos y la derecha de la RFIA, que insiste en la represión de estos sectores juveniles. A principios de este mes morían en Francfort dos policías por disparos, de autónomos en una manifestación.El asalto policial de las viviendas alternativas de la Hafenstrasse (calle del Puerto) en Hamburgo, en las que desde 1982 viven centenares de jóvenes alternativos y de la izquierda extraparlamentaria, parecía inevitable, con consecuencias imprevisibles dado el potencial de violencia acumulado en ambos bandos.
Tras el rechazo por parte de los ocupantes de varios ultimatos del Gobierno, la derecha y sectores del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), al que pertenece Von Dohnanyi, habían llamado a acabar por la fuerza con aquel "epacio sin ley" en el puerto de la ciudad hanseática. Los ocupantes habían construido una auténtica fortaleza en torno a sus casas en previsión de un asalto policial para expulsarlos. Barricadas en ambas entradas a la calle con coches quemados, adoquines y contenedores, alambres de espino en los tejados y fortificaciones en los portales y escaleras para defender casa por casa habían hecho de la Hafenstrasse una comuna sólo expugnable con gran violencia.
Contrato de arrendamiento
Ayer, el Gobierno de Hamburgo acordó firmar con la comunidad de ocupantes un contrato de arrendamiento que neutraliza el peligro de una batalla entre habitantes y policía en la que "habría habido muertos", según coinciden los implicados. Al acuerdo se llegó al cumplir los ocupantes la condición puesta por Von Dohnanyi de retirar todas las defensas de la calle y viviendas antes de las dos de la tarde de ayer. El contrato estipula las condiciones de alquiler de las ocho viviendas ocupadas a la asociación de habitantes y pone fin, al menos de forma provisional, a la escalada de tensión jalonada de violentos enfrentamientos entre la comunidad alternativa y las fuerzas de seguridad del Estado que comenzó en febrero de 1982.El 23 de febrero de ese año, grupos de jóvenes alternativos y autónomos ocupaban las ocho casas abandonadas, de propiedad municipal, junto al puerto del Elba en el barrio de Sant Pauli, conocido por albergar el mayor barrio chino de Europa. Los jóvenes protestaban contra la especulación inmobiliaria y los alquileres prohibitivos, y querían crear una comuna de vida alternativa. A los sucesivos desalojos, siempre violentos, siguieron nuevas ocupaciones. En 1983, el Gobierno permitió a los ocupantes el arreglo de las casas y les otorgó fondos públicos.
En noviembre de 1983, el Gobierno de Hamburgo, a través de su inmobiliaria municipal, concedió el plazo de tres años para el uso de las casas. No obstante, comenzaron a producirse incidentes. Fiestas con consumo excesivo de alcohol y drogas acabaron en agresiones, rotura de escaparates, daños a vehículos, enfrentamientos con la policía y barricadas incendiadas; hubo protestas del vecindario y de la compañía eléctrica por el impago de facturas por valor de más de medio millón de marcos (34 millones de pesetas).
El plazo concluyó el 31 de diciembre (le 1986 y en amplios sectores (le la clase política de Hamburgo se impuso para entonces el criterio de "liquidar la comunidad". Los intentos del millonario Jan Phillip Reemstma, único heredero de un gran consorcio de tabacos y mecenas de la izquierda alternativa, de comprar las casas para cedérselas a los ocupantes, fracasaron bajo la presión de los partidarios de "borrar del mapa municipal" la comuna.
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